El destino de la gran mayoría de las vacas alrededor del mundo está sellado desde el día de su nacimiento: Comerán, crecerán y morirán en un matadero, para así cumplir con la cadena alimenticia humana. Pero una vaca en Nueva York pudo cambiar su destino: Iba en el camión camino al matadero, cuando de forma inesperada pudo escapar y arrancó a la calle.
El conductor del camión, un carnicero y un grupo de policías acorralaron al animal de 500 libras y solo pudieron detener a la vaca al dispararle con una pistola tranquilizante. La actitud desafiante de Molly, el nombre del animal, y su apego a la vida le trajo una vital recompensa: El Departamento de Cuidado Animal de Nueva York decidió premiarla y Molly fue enviada a pasar el resto de su vida en una granja santuario. Vía Daily News