Hace apenas 10 años, las Iguana Azules estaban a un paso de la extinción. Como siempre, el humano era el culpable, destruyendo su hábitat natural, atropellándolas, y reduciendo su número a menos de dos docenas. Estas iguanas viven en las Islas Caimán, territorio británico del Caribe, y fueron salvadas por un grupo de conservacionistas estadounidenses.
Si las iguanas se salvaron, fue al incansable trabajo y dedicación de veterinarios expertos del zoológico del Bronx, en Nueva York, y a la Wildlife Conservation Society, que hicieron un programa llamado “Blue Iguana Recovery Program”. Desde el 2002, a partir de los poco más de 20 ejemplares que quedaban, se alimentaron más de 500 iguanas azules, que ahora vuelven a existir en las Islas Caimán.
Desde el zoológico dicen que la idea de este programa es demostrar que, aunque muchas veces el humano ha sido el culpable de extinciones y de desastres naturales, esto puede ser balanceado por nuestro ánimo de conservación. Durante años, aseguran, han estado devolviendo animales a su hábitat natural, y monitoreando a algunos, que han sobrevivido sin problemas.
Lo que esperan es devolver mil iguanas azules a las Islas Caimán, y en el monitoreo tendrán que asegurarse que sus ciclos reproductivos sean normales, de forma que puedan autosustentarse en su hábitat. Si logran hace eso, entonces la tarea estará cumplida.
Actualmente hay muchas especies animales y vegetales en peligro de extinción, y no pocos están en peligro crítico. Programas como este demuestran que aunque queden muy pocos ejemplares, siempre es posible hacer algo para conservar a las especies que habitan la tierra. Sólo falta un buen poco de voluntad.
Ve la nota original de TreeHugger, o entra en el sitio de la Wildlife Conservation Society
