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Opinión: A propósito de los zoológicos y la discriminación según la especie

¿Por qué los humanos creen que los intereses de los animales valen menos que los suyos? ¿Acaso no tienen derecho a desplazarse libremente, a correr, nadar o volar a donde quieran?

He entrado a zoológicos muy pocas veces en mi vida. Tal vez más de una durante la infancia, en los típicos “paseos” que hacen los colegios a estos lugares. La última vez fue hace un par de años, y tuvo lugar en la ciudad de Mendoza, Argentina, el que, según nos dijeron en las oficinas de turismo, era de gran calidad y tenía gran diversidad de especies.

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De esa visita, hace ya varios años, recuerdo dos cosas. La primera es un rebaño de ovejas provenientes de quizás que parte del mundo, todas amontonadas en un pequeño espacio sin árboles, al sol de 38 grados de Mendoza en el verano. No entendía por qué no las esquilaban, ya que con toda la lana que tenían encima, seguramente vivirían felices en medio de la nieve, pero al calor argentino.

La segunda imagen que quiero comentarle, fue un búho o lechuza, que estaba en una hermosa jaula redonda de unos dos metros de alto y al menos uno de diámetro, parado sobre un palo cerca de su plato de agua. Ahí estaba el búho y su actividad era estar ahí parado, con nulas posibilidades de volar, cosa que, como sabemos, hacen la mayoría de las aves, búho y lechuzas incluídos.

Muchos zoológicos argumentan su existencia como un lugar donde preservar a las especies en peligro, como un oasis de la biodiversidad. Como sea, a los animales no les gusta vivir encerrados en jaulas, y cuando pueden se escapan. Hace unos días, una cobra egipcia muy venenosa se escapó del zoológico del Bronx, en Nueva York, y fue encontrada días después a pocos metros de su jaula. Para mí, eso significa que el reptil quiere vivir libre, lo necesita, aunque sea a pocos metros de su prisión.

Últimamente en Twitter se está hablando mucho del hashtag #tusacanoessucasa. “Tu casa no es su casa” significa que mantener animales que sólo saben vivir de forma silvestre es una crueldad para el animal. Muchas especies se mueren sólo horas después de haber sido capturados, y ningún animal se confina a sí mismo a espacios tan reducidos como los confinan los humanos (perros y gatos en departamentos, aves en jaulas, por ejemplo).

El especismo es un término acuñado en los setenta para referirse a la discriminación que sufre la mayoría de las especies animales. La discriminación especista, “presupone que los intereses de un individuo son de menor importancia por el hecho de pertenecer a una especie animal determinada”. Así, el interés de que tiene un ave de volar no importa si un hombre tiene el interés de tenerla encerrada en una jaula.

Hace unos días publiqué un artículo donde critico a quienes mantienen perros y gatos en sus departamentos. Y ahora les preguntaré, ¿por qué tú tienes derecho a salir libremente del departamento y tu perro puede hacerlo sólo cuando tú se lo permites? Aunque lo saques a pasear 4 veces al día, el perro vive en un régimen de encierro, rodeado de muros que no puede sortear, confinado a unas reducidas fronteras que no existen en la naturaleza.

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