El problema no es sólo con esta compañía minera, pues desde el 2003 las diez mineras existentes en los alrededores del Gran Cañón, son ahora más de 1000. La urgencia de frenar esta devastación de recursos le corresponde a la población de los Estados Unidos y a su gobierno, pero estar al tanto es responsabilidad de todos, pues lugares como este son patrimonios naturales del planeta.
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