A medida que el fin de año se acerca, las emociones se mezclan en un cóctel a veces inesperado: nostalgia por lo que se fue, gratitud por lo que llegó, melancolía por lo perdido y, al mismo tiempo, la esperanza de que lo que vendrá traerá sanación y nuevos comienzos.
En este contexto, las películas se convierten en espejos poderosos de nuestra propia vida, especialmente aquellas que hablan de amar, perder y aprender a perdonar. Nos recuerdan que sentir dolor, enfrentarnos a la pérdida y encontrar la fuerza para renacer es parte del camino humano. Entre estas historias que impactan y consuelan, Good Grief se destaca como una obra que combina comedia y drama con una profundidad emocional sorprendente, perfecta para cerrar 2025 con reflexión y corazón abierto.
Amistad, duelo y secretos que transforman

Dirigida, escrita y protagonizada por Dan Levy, Good Grief sigue a Marc, un artista cuya vida se derrumba tras la repentina muerte de su esposo Oliver en un accidente automovilístico durante la Navidad.
Más que un simple relato sobre la pérdida, la película explora cómo el duelo no solo es confrontar la ausencia física de un ser querido, sino también enfrentar los secretos que dejaron atrás. Marc descubre un apartamento oculto en París y la existencia de un amante secreto de Oliver, lo que lo obliga a replantearse lo que creía saber sobre su matrimonio y sobre sí mismo.
Para acompañarlo en este viaje, Marc recurre a sus dos mejores amigos, Sophie y Thomas, quienes lo acompañan a París en un fin de semana de autodescubrimiento. La historia muestra que el apoyo de quienes elegimos como familia puede ser tan crucial, o más, que los lazos sanguíneos. Levy define su película como una “historia de amor sobre la amistad”, y realmente lo es: esos vínculos platónicos se convierten en los pilares que sostienen a Marc mientras navega por su dolor, sus dudas y sus descubrimientos.
Por qué verla en esta época del año

La película llega en un momento perfecto para quienes experimentan lo que podría llamarse “duelo navideño”. La trama comienza en una fiesta de Navidad que se vuelve trágica, recordándonos que la pérdida y la tristeza también son parte de estas fechas. Pero Good Grief no se queda en la tristeza: ofrece un espacio seguro para sentir y procesar el dolor, sin forzar la felicidad.
Además, retrata la complejidad de la sanación de manera realista. El duelo no tiene resolución mágica; es cíclico, lleno de altibajos, y la película lo muestra en su totalidad. Descubrir secretos sobre los seres que hemos perdido puede complicar aún más el proceso, pero también permite abrir la puerta al perdón, a la aceptación y a retomar el control de la propia vida.

Ver Good Grief en estos días de cierre de año es también un ejercicio de introspección. Nos invita a reflexionar sobre lo que debemos soltar, sobre los vínculos que queremos cuidar y sobre cómo enfrentar la tristeza con honestidad. La película ofrece consuelo y comprensión, mostrando que, aunque la pérdida nos toque a todos en algún momento, siempre podemos encontrar maneras de reconciliarnos con ella y seguir adelante.
Al final, esta comedia dramática no es solo entretenimiento: es un espejo emocional que permite cerrar 2025 con conciencia, compasión y un recordatorio de que amar, perder y perdonar son experiencias que nos humanizan y nos preparan para lo que viene. Disponible en Netflix.
