En un momento donde las series mexicanas han encontrado en Netflix un espacio para explorar historias más cercanas, ligeras y emocionalmente honestas, las comedias románticas están tomando más fuerza que nunca, recordándonos por qué son las favoritas casi por default. Esto no es casualidad: al cierre del año e inicio del nuevo, buscamos historias que funcionen como un respiro y aquí es donde entra Amor de Oficina, la nueva serie creada por Carolina Rivera (El Niñero, Madre solo hay dos), se suma a esa tradición con una propuesta que combina romance, humor y una mirada muy humana al mundo laboral.
Protagonizada por Ana González Bello y Diego Klein, la serie sigue a Graciela y Mateo, dos desconocidos que comparten una noche que debía quedar en el olvido… hasta que la mañana siguiente demuestra lo contrario. A partir de ahí, la oficina se convierte en escenario de tensiones, competencias, atracción y decisiones que no siempre son tan simples como parecen.

Para Diego Klein, la llegada al proyecto fue casi una coincidencia que terminó convirtiéndose en una oportunidad de oro. “Me contaron que Caro (Sariñana) estaba escribiendo algo ‘en donde me veía’ y luego me fui a comer con su hijo Fernando Sariñana, quien me contó un poco la historia. Le dije: ‘a mí me encantaría hacerla’. Me dijo que habría casting, pero si tenían buen ojo podía llevármela… y al final aquí estamos”, recordó, en entrevista con Nueva Mujer. Para el actor, el estreno todavía se siente irreal: “No me cae el veinte de que vamos a estrenar algo que llevamos esperando un año”.
El entusiasmo de Diego por el proyecto despertó la curiosidad de interpretar a un “godín”, un universo que Mateo descubre casi al mismo tiempo que el espectador. “Mi personaje no se conoce muy bien y llega a este mundo nuevo. Yo me puse a preguntarles a los godines de verdad: ‘¿cuál es su motivación en la vida?, ¿qué hacen con su tiempo libre?’”, contó.
Por otro lado, Ana González Bello, quien interpreta a Graciela, una mujer determinada, ambiciosa y profundamente empática, confesó que resultó muy fácil conectar con la historia y los personajes.

“Es muy fácil empatizar con ella porque lucha por sus sueños y quiere darle a su hija todo lo que pueda. Yo no soy mamá, pero esas ganas de superarte y de darle una vida feliz a la gente que amas son universales”, explicó la actriz.
— Ana González Bello
Y aunque en esta historia tiene como co-protagonista al encantador Mateo (Klein), este rompe con el arquetipo clásico del galán seguro de sí mismo. “Es un idealista romántico, muy motivado, pero también es el que se rompe con el amor. Quiere el puesto, sí, pero sobre todo quiere que te enamores de él”, sentenció Klein. Esa vulnerabilidad es clave para que la historia se sienta más honesta y menos predecible.
Ambos actores coinciden en que el gran atractivo de Amor de Oficina está en su escritura. “Desde que leí las escenas del casting pensé: estas personas saben escribir y yo quiero ser parte de esto. Los personajes tienen sentido del humor, dolores, y nos identifican porque nos parecemos”, compartió González Bello.

Pero el romance no llega solo: también hay rivalidades y dinámicas que elevan tanto el conflicto como la diversión. La competencia de Graciela y Mateo por obtener el puesto directivo de forma “limpia” termina arrastrando a toda la oficina a una serie de retos tan disparatados como irresistibles. “Las competencias estuvieron divertidísimas. Todo lo que tienen que hacer por ganar puntos está increíble”, recordó Klein. Para lograr el equilibrio perfecto en la historia, se sumó un elenco de ‘godines’ que, según Ana, hizo que todo fluyera de manera natural.
“El casting fue espectacular. Escogieron a actores talentosísimos que trajeron a la vida a estos personajes. En la lectura ya sabías que esa persona era EL personaje”.
— Ana González Bello
Los protagonistas tienen claro qué esperan del público: risas genuinas, reacciones espontáneas y esa complicidad que nace con el público cuando una historia se siente cercana. “Quiero que se rían mucho, que reaccionen en voz alta, que digan ‘¡ya, bésense!’”, confesó Ana entre risas. Diego coincidió: “Mi sueño es pasar por algún lado y escuchar a alguien decir: ‘¿ya viste Amor de Oficina? Está padrísima, te la recomiendo’”.
