Alejandra Capetillo se ha consolidado como una de las creadoras de contenido más queridas de las redes sociales gracias a su espontaneidad, carisma y una sensibilidad muy particular para contar su vida sin artificios. Aunque su apellido la vincula inevitablemente con Eduardo Capetillo y Biby Gaytán -una de las parejas más icónicas del entretenimiento mexicano-, Alejandra ha construido su propio camino.
Desde Madrid, donde radica actualmente, comparte momentos cotidianos, reflexiones personales y fragmentos de su vida que conectan con una audiencia que la sigue no por herencia, sino por autenticidad.
Este cierre de 2025 la llevó de vuelta a México para pasar las fiestas navideñas junto a su familia, un viaje cargado de simbolismo tras un año especialmente significativo. Apenas en mayo celebró su boda religiosa con el empresario Nader Shoueiry en la Hacienda Zotoluca, en Hidalgo, y ahora regresó a su país natal para reconectar con sus raíces, sus afectos y esos rituales familiares que no cambian, aunque la vida sí lo haga.
Navidad, nostalgia y tiempo en familia
Durante su estancia, Alejandra compartió en redes sociales una serie de momentos que reflejan la importancia de volver a casa. Desde un día lleno de risas en Six Flags con sus hermanos, disfrutando de juegos mecánicos y personajes del parque, hasta escenas conmovedoras con su abuela Yeya, donde se le ve bailando, trenzándole el cabello y revisando fotografías antiguas que despiertan una nostalgia inevitable.
La tradicional cena de Nochebuena, la piñata y las reuniones familiares marcaron un regreso que no solo fue físico, sino emocional. Para Alejandra, este viaje representó una pausa necesaria tras un año de cambios profundos.
Un nuevo integrante que derrite corazones
Sin embargo, hubo un detalle que no pasó desapercibido y que rápidamente se robó el corazón de seguidores y familia: la llegada de Paquito, el nuevo perrito de su hermana Pau. Alejandra lo presentó con entusiasmo en un video grabado desde el auto, mientras hacía una videollamada con su hermano Eduardo Capetillo Jr. “Hermanas denle la bienvenida a Paquito, el nuevo compañero de @paucapetillog”, escribió, desatando una ola de ternura en redes.
La llegada de un perrito a una familia no es un gesto menor. Más allá de la emoción inicial, implica una transformación importante en la dinámica del hogar. Un nuevo animal representa compañía, responsabilidad compartida y una forma distinta de afecto que se integra a la rutina diaria.
Para los Capetillo Gaytán, Paquito llegó en un momento de reencuentros y celebración, sumándose a una Navidad marcada por la unión y la cercanía. Y para Alejandra, que vive lejos y valora profundamente el concepto de familia, este pequeño integrante se convierte en un recordatorio de que el hogar no solo se define por un lugar, sino por quienes lo habitan.
Tras estos momentos de felicidad, Alejandra también compartió su tristeza por vivir las fiestas “de visita” y tener que dejar a su familia para regresar a Madrid. Eso sí, no ocultó lo mucho que ansiaba reunirse con su esposo y celebrar juntos el Año Nuevo.