Las series de comedia romántica nos enganchan incluso cuando sabemos exactamente a dónde van. Hay algo profundamente reconfortante en seguir una romantic quest: un objetivo claro, obstáculos emocionales y la promesa —real o no— de un final luminoso. Pero las historias que se quedan con nosotras no son las más perfectas, sino las que equilibran el romance con la adultez real, con sus dudas, cansancio, contradicciones y silencios incómodos. Home for Christmas (Hjem til jul) pertenece a esa rara categoría. Y por eso se ha convertido en una de las series navideñas más queridas —y honestas— de Netflix.
La serie noruega sigue a Johanne, una enfermera de 30 años que está cansada de ser “la soltera” en las cenas familiares. En un impulso, durante una reunión de Adviento, miente y dice que tiene novio… y que lo llevará a Navidad. Lo que sigue es una carrera contrarreloj de 24 días entre citas rápidas, apps, encuentros inesperados y conversaciones incómodas en el pueblo nevado de Røros. Pero lo que empieza como una búsqueda romántica pronto se transforma en algo más profundo: una exploración de la presión social, la identidad adulta y la autoaceptación.
Una comedia romántica “anti-navilovers” con corazón escandinavo
Una de las grandes virtudes de Home for Christmas es su tono. A diferencia de las historias navideñas más convencionales, aquí no hay príncipes encantadores ni finales artificialmente perfectos. Johanne, interpretada con enorme carisma por Ida Elise Broch, es desordenada, ansiosa, torpe y profundamente humana. Trabaja turnos largos, lidia con el agotamiento emocional y se siente fuera de lugar en reuniones familiares donde todos parecen haber “avanzado” más que ella.
La serie ha sido descrita como una comedia romántica anti-Hallmark, y con razón. Aunque visualmente es un deleite nunca cae en lo cursi. El famoso hygge escandinavo está ahí, pero como atmósfera emocional, no como postal vacía. Røros no es solo un fondo bonito: es un espacio íntimo que acompaña la introspección de su protagonista.
Además, la narrativa entiende algo clave sobre el amor moderno: es incómodo, no lineal y muchas veces decepcionante. Las citas no siempre llevan a algo, las conexiones se enfrían y las expectativas pesan más que los sentimientos reales. Y eso, paradójicamente, hace que la serie se sienta más cálida.
Temporada 3: un cierre maduro sobre claridad, no finales perfectos
Si ahora es el momento ideal para ver Home for Christmas, es porque su tercera y última temporada se estrenó globalmente el 12 de diciembre de 2025. Este cierre llega cinco años después de la temporada 2 y da un salto temporal significativo: Johanne tiene ahora 35 años, está soltera de nuevo tras una ruptura y enfrenta una vida muy distinta. Hay más responsabilidad laboral, nuevas dinámicas familiares y un mundo de citas que ha cambiado.
Esta temporada final ha sido celebrada por su madurez emocional. El foco ya no está solo en “conseguir pareja”, sino en encontrar claridad: quién eres, qué quieres y qué estás dispuesta a soltar. Aunque algunos espectadores sintieron que el ritmo del final es más acelerado o ligeramente más “convencional”, la mayoría coincide en que es un adiós cálido y honesto.
Con solo seis episodios por temporada (y ocho en la final), Home for Christmas es perfecta para maratonear. Pero, sobre todo, es una serie que entiende algo esencial: crecer también es aprender a estar bien contigo misma, incluso —o especialmente— en Navidad.