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La cinta que interpreta la pérdida de una madre como una fuerza que redefine el amor

‘Hamnet’ se perfila con justa razón como una de las favoritas en la temporada de premios

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Hamnet Una madre guiada por la intuición y una pérdida que cambió la historia de la literatura (Universal Pictures)

Cuando escuchamos el nombre de William Shakespeare, el imaginario colectivo viaja de inmediato a Hamlet, la tragedia sobre la venganza, la duda y la traición donde la indecisión del protagonista conduce a la destrucción total. Pensamos en el genio, en el autor inmortal, en el peso de la obra pero pocas veces nos detenemos a mirar el origen emocional detrás de ese texto. Hamnet, la nueva película dirigida por Chloé Zhao y distribuida por Universal Pictures, llega justo para desmontar el mito y ponerlo en un terreno humano, íntimo y profundamente doloroso.

Basada en la novela homónima de Maggie O’Farrell, la cinta propone una reimaginación delicada y devastadora de la vida doméstica de los Shakespeare, colocando en el centro a Agnes, esposa del dramaturgo, y a la pérdida de su hijo de once años, Hamnet a causa de la peste bubónica. Lejos de ser una biografía convencional, Hamnet es una meditación sobre el amor, la maternidad y la manera en que el arte nace del duelo.

Jessie Buckley y el corazón emocional de la historia

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Hamnet Una madre guiada por la intuición y una pérdida que cambió la historia de la literatura (Universal Pictures)

El mayor acierto de Hamnet es, sin duda, la actuación de Jessie Buckley como Agnes. Su interpretación es contenida, feroz y profundamente orgánica. Buckley encarna a una mujer intuitiva, conectada con la naturaleza, marcada por la pérdida temprana de su propia madre y por una maternidad atravesada por el miedo constante.

Por su parte, Paul Mescal, como William Shakespeare, ofrece un contrapunto silencioso y vulnerable. Su William es un hombre dividido entre la ambición creativa y la culpa de la ausencia, alguien que huye del dolor refugiándose en el trabajo, mientras Agnes permanece anclada al espacio físico de la pérdida.


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Hamnet La pérdida que dio origen a una de las historias más poderosas jamás contadas (Universal Pictures)

Pero aquí no hay grandes discursos directos e innecesarios (aunque sí hay una poderosa escena con el soliloquio de la obra de William Shakespeare, Hamlet) . El dolor se expresa en gestos mínimos, en silencios prolongados, en miradas que dicen más que cualquier monólogo. La maternidad, en este sentido, no es idealizada: es mostrada como un territorio de amor absoluto, pero también de vulnerabilidad extrema.

Duelo, resiliencia y una propuesta técnica de alto impacto

La fotografía apuesta por escenas que parecen sacadas de pinturas que reflejan el mundo interno de Agnes. El guion es poético, sobrio y elegante, donde coexisten momentos luminosos con la tragedia que se va instalando lentamente hasta romperlo todo.

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Hamnet El duelo íntimo que convirtió una tragedia familiar en una obra inmortal (Universal Pictures)

Hamnet también es una reflexión poderosa sobre el lugar de las mujeres en la historia. Agnes, relegada durante siglos a una nota al pie en la biografía de Shakespeare, aquí ocupa el espacio que siempre mereció.

No sorprende que se haya posicionado rápidamente como una de las grandes favoritas de la temporada de premios. Es una obra de empatía, una defensa del arte como refugio y una exploración honesta del amor que persiste incluso después de la pérdida. En manos de Chloé Zhao y con una Jessie Buckley como protagonista, ahora con nominaciones directas a Mejor Actriz, esta película no solo se mira: se siente.

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