La víspera de Navidad siempre trae consigo momentos cargados de simbolismo para la familia real británica: caminatas rumbo a la iglesia, reuniones en Sandringham y, por supuesto, uno de los instantes más esperados por el público: la revelación de la foto familiar navideña. Este 18 de diciembre, Kate Middleton y el príncipe William compartieron su postal de Navidad 2025 y, aunque la imagen rebosa calidez y unión familiar, no tardó en encender el debate entre seguidores y críticos de la realeza.
En la imagen, los príncipes de Gales aparecen junto a sus tres hijos, el príncipe George (12), la princesa Charlotte (10) y el príncipe Louis (7), sentados en un campo de narcisos blancos y amarillos. El ambiente es relajado, íntimo y natural. Kate, con los brazos rodeando a sus hijos, sonríe ampliamente; William y Louis combinan suéteres verdes, mientras Charlotte se recarga con ternura en el hombro de su padre. La postal va acompañada de un mensaje simple: “Wishing everyone a very Happy Christmas”.
La fotografía fue tomada en abril de 2025 por el fotógrafo Josh Shinner y pertenece a la misma sesión que la familia ha utilizado durante todo el año para celebrar cumpleaños y fechas especiales. Un detalle que, lejos de pasar desapercibido, se convirtió en el centro de la conversación.
El detalle que incomodó a los fans más tradicionales
Lo que para muchos representa cercanía y coherencia visual, para otros ha sido motivo de molestia. En redes sociales, algunos seguidores han criticado que la familia reutilice imágenes de una misma sesión para distintos momentos importantes, incluida la postal navideña. Otros han ido más allá, cuestionando las poses —calificadas como “demasiado ensayadas”— y el tono excesivamente informal de la fotografía.
Pero el punto más polémico no tiene que ver con la imagen en sí, sino con el lenguaje. Parte del público está señalando que se dirigen a ellos como “Kate y William”, en lugar de usar sus títulos oficiales: príncipe y princesa de Gales. Para los sectores más conservadores, este detalle representa una falta de respeto a la institución y una dilución del peso simbólico de la monarquía.
Paradójicamente, esta crítica surge justo cuando la pareja parece apostar, de forma consciente, por una narrativa más humana y accesible.
Una Navidad que habla de cercanía, resiliencia y nuevos códigos reales
La postal navideña también cobra un significado especial tras un año profundamente personal para Kate Middleton. En 2024, la princesa compartió públicamente que estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer, y en 2025 confirmó que se encontraba en remisión. Desde entonces, cada aparición familiar ha sido leída como un mensaje de fortaleza, normalidad y unión.
Este cambio hacia lo íntimo no es algo nuevo. En 2024, la tarjeta navideña fue una imagen tomada de un video en el que Kate anunciaba que había terminado su quimioterapia. Si se compara con la postal de 2023 (mucho más formal, en blanco y negro y con estilo de estudio), el contraste es evidente: ahora hay menos rigidez y más emoción.
Lejos de romper tradiciones, Kate y William parecen estar resignificándolas. Siguen asistiendo al servicio Together at Christmas, encabezado por Kate, y mantienen rituales como la caminata navideña a la iglesia o el intercambio de regalos sencillos en Nochebuena. Pero ahora, el foco está en la conexión humana más que en el protocolo.
Tal vez esa sea la verdadera razón por la que esta postal genera tanto ruido: porque refleja una monarquía en transición, una que busca ser cercana sin dejar de ser símbolo. Y como todo cambio, incomoda… pero también invita a reflexionar.