En un mundo donde las redes sociales amplifican todo, lo bueno y lo malo, hay quienes eligen transformar las críticas en fuerza y motivación. Ese es el caso de Rafaella Pimentel, hija de las reconocidas figuras ecuatorianas Carolina Jaume y Xavier Pimentel.
A sus 18 años, Rafaella ha aprendido que la vida no es una pasarela perfecta, y que aceptarse a uno mismo es una de las batallas más desafiantes que podemos librar.

De los comentarios al corazón
En su cuenta de TikTok, Rafaella compartió un video que rápidamente llamó la atención. En pantalla apareció el texto: “En fin la gordura se baja… y tu maldad nunca”, acompañado por su comentario personal: “Tú sabes quién eres”.
Esta frase, directa y sin filtros, fue una respuesta creativa y categórica a los comentarios negativos sobre su peso. Más allá de la crítica, lo que resonó fue su actitud valiente.
Rafaella no solo ha enfrentado críticas; también ha compartido parte de su realidad médica. Ha explicado que padece hipotiroidismo, una condición que afecta el funcionamiento de la glándula tiroides y puede alterar el metabolismo corporal, el estado de ánimo y el control de peso.
Aunque no es fácil lidiar con esto, su transparencia ha ayudado a visibilizar un tema de salud que muchas personas conocen poco, pero que tiene impacto real en la vida cotidiana.

Una comunidad que la apoya
Entre las respuestas al video, surgieron expresiones genuinas de cariño y respeto. Comentarios de seguidores como “Preciosa, sé feliz como eres” o “Insisto, no la veo gorda, ella es una niña hermosa e inteligente” inundaron la publicación.
Esos mensajes positivos no solo equilibran la balanza de las críticas, sino que también recuerdan que muchas veces las redes se convierten en lugares de apoyo, empatía y crecimiento.
Un trend, una historia personal
Después de responder a los haters, Rafaella participó luego en un trend de TikTok llamado “Revivan el Bullying”, donde usuarios comparten experiencias propias sobre el acoso vivido en distintas etapas de sus vidas. En su video, compartió una foto donde aparece mostrando su abdomen con el texto “No, porfa”, una declaración que combinaba vulnerabilidad y sinceridad.
A través de la descripción, reflexionó que “estar flaca no siempre es lo más sano”, y que lo realmente importante es sentirse bien y feliz con quién eres. Esta reflexión, aunque simple, transmite un mensaje profundo: la salud emocional y la aceptación personal pesan más que cualquier estereotipo visual.
El espejo y la mente: una batalla cotidiana
Rafaella ha confesado que a veces, al verse al espejo, le cuesta no enfocarse en lo que no le gusta. Aunque ha bajado de peso y su ropa le queda más suelta, su percepción frente al espejo sigue siendo la misma.
Esa lucha interna es real y compartida por muchas personas, y su mensaje es claro: TODO está en nuestra mente. En lugar de castigarse, propone amar quién eres y quién puedes llegar a ser.

Lo más inspirador de su historia es la honestidad con la que habla. Sí, hay días en que las críticas le afectan; otros en que las enfrenta con fuerza; y también, hay días en que se permite ser vulnerable; y esa vulnerabilidad no es debilidad, sino una muestra de valentía. Porque aceptar que no siempre estamos bien también forma parte del proceso de crecer, aprender y quererse.
Rafaella nos deja una enseñanza que trasciende la pantalla, no se trata de ser perfectos, se trata de ser auténticos, amables con nosotros mismos y con los demás. Que la belleza de una persona no está en una talla, sino en la fortaleza de su corazón y en la capacidad de transformar las palabras hirientes en motivación para salir adelante.

