“Tú eres cine”. Con esas tres palabras, la actriz ecuatoriana Nataly Valencia logró capturar lo que cientos de estudiantes, cineastas y docentes han sentido durante las últimas semanas: la emoción de ver renacer la escuela de cine donde comenzó una generación entera de creadores audiovisuales en el país.
En una publicación de Instagram que rápidamente se volvió tendencia, Valencia recordó lo que significó para ella volver a INCINE, el espacio donde dio sus primeros pasos como realizadora. “Fue como viajar en el tiempo y encontrarme con esa Naty de primer semestre, esa que quería comerse el mundo”, escribió. Su mensaje, emotivo y lleno de gratitud, no solo celebró la nostalgia: también celebró el futuro.
Porque el motivo de su visita no fue casual. INCINE, una de las escuelas más emblemáticas de Quito, acaba de iniciar un nuevo capítulo histórico.
El sueño de un cineasta que volvió a casa
El cineasta ecuatoriano Jorge Ulloa, cofundador de EnchufeTV, concretó recientemente la compra oficial de INCINE, la misma escuela donde él mismo se formó. La noticia, que fue calificada como “un paso histórico”, marca un giro significativo para la industria audiovisual del país.

El camino no fue fácil. Ulloa incluso presentó el proyecto en Shark Tank México: Creators Edition, donde buscó apoyo para rescatar la institución. Aunque no obtuvo financiamiento en el programa, la historia dio un giro inesperado: un inversionista ecuatoriano —al que medios han llamado “el tiburón ecuatoriano”— decidió apostar por el proyecto, permitiendo concretar la compra y el relanzamiento.
INCINE renace: una escuela para soñar despiertos
Ahora, de la mano de Ulloa y su equipo, INCINE se prepara para una transformación integral. El cineasta planea ampliar la oferta académica, renovar los espacios y convertir la institución en una plataforma de formación creativa de alto nivel, con nuevas metodologías, tecnología y una visión inclusiva y moderna.
Para muchos, se trata de un acto de retribución: un exalumno que vuelve a su casa, pero esta vez para abrir la puerta a nuevas generaciones.

Las palabras que lo dicen todo
Nataly Valencia lo expresó con una honestidad que conmovió a la comunidad artística:
“Hoy regresé a casa con las mismas ganas… pero con unos años más encima”, confesó entre risas y cariño. Luego dedicó un mensaje directo a Ulloa, su pareja: “Tu tenacidad y tu coraje me inspiran todos los días. Verte convertir tus sueños en algo real es un recordatorio de que el cine no solo se hace: se vive”.
No se quedó ahí. También reconoció el trabajo conjunto con Christian Moya “El Buen Moya”, y agradeció a Mauricio, a quien llamó el “tiburón visionario que INCINE necesitaba para hacer historia”.
Son palabras que atraviesan generaciones, porque no hablan solo del presente: hablan del poder de creer, de persistir y de volver al lugar donde uno aprendió a soñar.
Una celebración para todo el país
El renacer de INCINE no solamente ha sido una noticia para la comunidad audiovisual. Ha sido una celebración nacional. Jóvenes aspirantes, cineastas emergentes, docentes y espectadores comunes han reaccionado en redes, emocionados por la posibilidad de una escuela renovada donde se formen los creadores del futuro.
Y en medio de ese entusiasmo, las palabras de Nataly Valencia se han convertido en un símbolo: una mezcla de memoria, esperanza y humor que recuerda por qué el arte importa, por qué contar historias transforma vidas y por qué, a veces, volver a casa es la mejor manera de seguir avanzando.

