La distopía tiene algo que nos atrapa. Quizá es ese espejo incómodo que nos obliga a reconocer lo que no queremos ver, o tal vez es la manera en que combina la tensión del suspenso con la fragilidad de lo humano. En la televisión actual, pocas historias han logrado este efecto con la fuerza de The Handmaid’s Tale, una serie que se convirtió en un fenómeno cultural y un recordatorio viviente de lo peligrosa que puede ser la erosión de los derechos.
Ahora, tras años de expectativas, debates y súplicas de los fans, llega por fin la secuela que muchos consideraban imprescindible: The Testaments. Una nueva historia, un nuevo tono y, sobre todo, una nueva generación destinada a desafiar el corazón de Gilead.
Una secuela que va más allá del dolor y abre paso a la rebelión
The Testaments, basada en la novela de Margaret Atwood, ganadora del Booker Prize, retoma la historia 15 años después de los acontecimientos de The Handmaid’s Tale. Pero esta vez, no seguimos a June Osborne: seguimos a quienes crecieron dentro del sistema, a las jóvenes que nunca conocieron otra forma de vida y que, aun así, se atreven a imaginar una salida.
La historia avanza a través de tres protagonistas femeninas cuyas voces, al cruzarse, revelan las grietas internas del régimen y el camino hacia su inevitable derrumbe. Lydia (interpretada nuevamente por Ann Dowd en la adaptación televisiva) deja de ser solo la figura imponente que conocimos: su mirada nos permite ver los engranajes del poder femenino en Gilead y su labor secreta como espía silenciosa, escribiendo y recopilando pruebas destinadas a hacerlo caer.
Agnes Jemima, la hija mayor de June criada para convertirse en esposa de un Comandante, demuestra cómo incluso la indoctrinación más cuidadosa puede fracturarse desde el privilegio, abriendo espacio para la duda y, finalmente, para la resistencia. Y Daisy, cuya vida da un giro cuando un atentado revela su verdadera identidad, se convierte en pieza clave para Mayday al infiltrarse en Gilead bajo la fachada de Pearl Girl.
Sus caminos, aunque inician separados, terminan encontrándose en un punto decisivo que convierte The Testaments en mucho más que una secuela: en el retrato de cómo un sistema opresivo empieza a desmoronarse desde adentro.
Por qué esta continuación era tan esperada (y por qué promete impactar igual que la original)
El entusiasmo global por The Testaments no es casualidad. La historia de Gilead ha demostrado ser más que ficción: es un punto de referencia cultural y político que ha resonado en manifestaciones, ensayos, discusiones académicas y, por supuesto, en millones de espectadores.
The Testaments genera expectativa porque llega en un momento urgente: la historia original se volvió símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres y sus paralelismos hoy resultan inquietantes. La serie de Hulu dejó vacíos que los fans quieren llenar tras seis temporadas, y el libro amplía ese universo. Lo más atractivo es su nueva perspectiva coral, que deja atrás la voz solitaria de June para mostrar la resistencia silenciosa y poderosa de una generación criada dentro del régimen.
Con estreno programado para abril de 2026 en Hulu, la adaptación televisiva tiene todos los ingredientes para convertirse en otro hito cultural.