Hay algo magnético en los thrillers psicológicos: ese suspenso que nos obliga a mantenernos alerta y a adivinar qué se esconde detrás de cada gesto y cada motivación. Nadie es del todo transparente, nadie está libre de dudas, y a veces el peligro habita en lo más cotidiano.
Por eso historias como Little Disasters, la nueva serie británica de Paramount+, funcionan tan bien: porque no solo entregan tensión, sino también un espejo emocional que revela esas fracturas humanas que casi nunca nos atrevemos a nombrar.
Basada en la novela de Sarah Vaughan, esta miniserie de seis episodios no solo juega con la adrenalina del misterio; va mucho más allá. Little Disasters se mete de lleno en uno de los temas más sensibles, complejos y cargados de expectativas sociales: la maternidad. Y lo hace con una honestidad brutal, dejando claro que detrás de las fotos perfectas, los hogares luminosos y las sonrisas impecables, existen miedos, dudas, presiones y silencios que pueden volverse abrumadores.
Un accidente y una amistad que se quiebra

La historia gira en torno a Jess, Liz, Mel y Charlotte, cuatro mujeres, unidas por una amistad de diez años que comenzó en un curso prenatal. Sus vidas, aparentemente estables y felices, se rompen en un segundo cuando la bebé de Jess (Diane Kruger), la pequeña Betsey, llega a urgencias con una misteriosa lesión en la cabeza.
Liz, interpretada por Jo Joyner, es la doctora de guardia. Y también una de las mejores amigas de Jess. Ahí empieza el verdadero dilema: ¿seguir su instinto profesional y alertar a servicios sociales o confiar en la explicación confusa de una madre que es su mejor amiga? Esa decisión precipita una investigación de protección infantil y, con ella, una avalancha de secretos, tensiones y resentimientos que cada una llevaba escondiendo durante años.
Pero aunque el accidente es el detonante, Little Disasters pronto se revela como una historia mucho más profunda.
La maternidad “perfecta” bajo la lupa

Uno de los grandes aciertos de la serie es la sensibilidad con la que aborda la salud mental materna. En el primer episodio se nos presenta a una Jess que es el prototipo de madre perfecta, aunque algo sobreprotectora, mientras que Liz, pese a pertenecer a un mundo tan demandante como el médico, sufre los efectos de la desesperación por no poder calmar a su recién nacida.
Little Disasters también expone cómo la sociedad juzga a las madres sin piedad. Cada decisión tiene una lupa encima: alimentación, crianza, rutinas, emociones. Todo puede ser cuestionado y, cuando algo sale mal, el apoyo puede transformarse en sospecha en cuestión de segundos.
Y quizá el mensaje más importante que nos quiere decir la historia de estas protagonistas: no existe la madre perfecta. Las protagonistas cargan duelos, traumas, miedos e inseguridades. Todas intentan sobrevivir y hacerlo lo mejor que pueden.
Una serie poderosa, sensible y perfecta para maratonear

Con actuaciones intensas, una narrativa que crece episodio a episodio y un misterio que nunca suelta, Little Disasters se convierte en un thriller emocionalmente envolvente. Su formato de seis capítulos la hace ideal para un fin de semana intenso, pero su impacto emocional promete perdurar mucho más allá del último episodio.
En el fondo, no es solo una serie sobre una investigación o una amistad fracturada: es una reflexión sobre lo frágil que puede ser la maternidad en un mundo que exige perfección, pero ofrece poca empatía.

