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Meghan Markle revela su secreto para un calendario de Adviento especial para los niños con detalles que derriten

El ritual navideño de Meghan Markle que derrite corazones: así creó un Adviento único para sus hijos

Meghan Markle
Meghan Markle Meghan Markle implementó una tradición emotiva con sus hijos en Navidad (Netflix, Instagram)

En los últimos años, Meghan Markle ha pasado de acaparar titulares por su vida en la realeza a llamar la atención por algo muy distinto: la forma en la que ha decidido compartir su día a día desde un lugar más íntimo, cálido y profundamente conectado con la maternidad. Su nueva faceta pública no gira en torno al protocolo ni a las tensiones de la realeza, sino alrededor de una vida hogareña que, lejos de alejarla del ojo mediático, ha logrado acercarla a miles de familias que ven en ella a una madre que intenta criar con intención, creatividad y sensibilidad.

Esa esencia quedó plasmada en su especial de Netflix With Love, Meghan: Holiday Celebration, donde la duquesa abre las puertas de su hogar para mostrar una tradición que recién comienza, pero que ya está cargada de significado: un calendario de Adviento personalizado para Archie, de seis años, y Lilibet, de cuatro.

“Me encanta la idea del calendario de Adviento, así que quería hacerlo para mis propios hijos”, explica Meghan mientras sostiene dos calendarios de tela bordados con los nombres de los pequeños. Para muchos, este tipo de calendario es solo un detalle decorativo o un juego con chocolatitos; para Meghan, es una oportunidad para sembrar algo mucho más profundo. “Todo se trata de tener sorpresa y alegría cada día durante 24 días hasta llegar a Navidad. No se supone que sean cosas grandes; se supone que sean gestos”.

Un ritual que enseña amor, gratitud y valentía

En lugar de dulces o juguetes, Meghan optó por algo que no pesa en una balanza, pero sí en el corazón: palabras de aliento.


Escribe pequeños mensajes para que Archie y Lili los descubran cada día. “Estoy escribiendo: ‘Te amo porque eres tan amable’, ‘Te amo porque eres tan valiente’”, comparte en el especial. Pequeños recordatorios que funcionan como semillas emocionales, diseñadas para fortalecer su autoestima, reconocer sus virtudes y enseñarles que el amor también se construye a través de la afirmación y la presencia.

En una época en la que la inmediatez y lo matgerial consume todo, Meghan propone bajar el ritmo y usar diciembre como un cierre consciente, un espacio para reflexionar y conectar. “Intento realmente abrazar y dar sentido a hacer que cada día de ese mes sea especial mientras cierras un año, pero sin sentir que tienes que hacerlo todo”.

La intención detrás de esta tradición no es crear una imagen perfecta, sino forjar un ritual que acompañe a sus hijos durante toda su vida. “Espero que los tengamos durante mucho tiempo. Una tradición tiene que tener un comienzo”, dice con una sonrisa que revela más emoción que solemnidad.

Meghan Markle
Meghan Markle Meghan Markle y sus hijos (Instagram, Netflix)

Un hogar que también se construye a partir de las pequeñas cosas

En el especial, la aparición espontánea del príncipe Harry aporta un gesto íntimo que rompe cualquier pose frente a cámaras. Entra a la cocina atraído por el aroma del gumbo que Meghan prepara junto al chef Tom Colicchio. “Olí gumbo”, dice entre risas antes de probar el platillo y admitir que la versión de Meghan tiene mucho más picante del que imaginaba. Son momentos cotidianos, casi domésticos, pero profundamente elocuentes: muestran a una pareja que, lejos de los protocolos y los castillos, vive su Navidad entre recetas heredadas, bromas improvisadas y tradiciones que empiezan a escribirse desde cero.

Meghan no se aferra a los rituales clásicos. Los reinventa, los interpreta, los adapta a su propio mundo. Y quizá por eso conecta tanto con su audiencia: porque su forma de celebrar revela un hogar donde la infancia de Archie y Lilibet se teje con ternura, intención y un acompañamiento emocional constante.

En tiempos donde la crianza suele medirse con estándares imposibles, Meghan elige algo más honesto y poderoso: la presencia. Si un calendario de Adviento hecho a mano puede convertirse en un recordatorio diario de amor, gratitud y valentía, entonces su tradición navideña no solo es encantadora… también es profundamente significativa.

       

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