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¿Qué es la Casita de Bad Bunny y por qué los fans están tan enojados con él?

La polémica alrededor de la Casita de Bad Bunny que ha provocado a sus fans

Bad Bunny
Bad Bunny Bad Bunny hizo enfurecer a los fans (Instagram)

Bad Bunny no solo es el artista latino más influyente del mundo, también es uno de los más versátiles y ambiciosos de su generación. Ha convertido su música en fenómeno global, ha reinventado su narrativa visual con cada álbum y este año se prepara para presentarse en el escenario más importante del planeta: el Super Bowl. Sin embargo, en medio de su éxito imparable, una nueva polémica ha estallado alrededor de su gira mundial y tiene que ver con un concepto conocido como La Casita.

Aunque su nombre suena inocente, esta estructura ha puesto a miles de fans furiosos, especialmente en México.

¿Qué es La Casita de Bad Bunny?

Para entender la controversia, primero hay que entender qué es La Casita. Se trata de una réplica de una casa tradicional puertorriqueña que Bad Bunny integró por primera vez en su residencia de 2025 en Puerto Rico, “No Me Quiero Ir de Aquí”. Pero esta no era solo un elemento visual: funcionaba como un segundo escenario, un punto de reunión para celebridades invitadas y, sobre todo, un símbolo de identidad cultural.

Diseñada por Mayna Magruder y construida con materiales como espuma, metal y madera, La Casita es un homenaje al hogar, la nostalgia y la arquitectura típica de la isla. Durante sus conciertos, el artista interpreta una parte importante de su repertorio desde allí, creando un ambiente íntimo y emocional que conecta con el concepto central de la gira “DeBí TiRAR MáS FOToS World Tour”: valorar los momentos que se nos escapan. El problema ha surgido con la gira y el inesperado reacomodo que provoca dicho escenario.


Fans molestos en México: ¿por qué causó tanto enojo?

En cada país que visita, Bad Bunny lleva consigo La Casita, su segundo escenario. Pero su llegada a México provocó un caos emocional entre los fans: la estructura fue colocada en la zona General B, justo en el extremo opuesto de donde quienes pagaron boletos PIT o General A esperaban verlo de cerca durante todo el concierto. Para muchos, la experiencia que imaginaron se convirtió en la preocupación de pasar una parte importante del show viéndolo desde lejos o únicamente a través de las pantallas.

La inconformidad creció rápido. La visibilidad limitada, el costo elevado de las zonas VIP y la sensación de que sus expectativas fueron traicionadas se convirtieron en el centro del malestar. La confirmación tardía del segundo escenario -anunciada apenas días antes del concierto- cayó como un balde de agua fría sobre quienes confiaron en el mapa inicial del evento.

Bad Bunny
Bad Bunny Bad Bunny concierto en CDMX

La tensión aumentó aún más con el anuncio de “Los Vecinos”, una nueva sección más económica ubicada justo al lado de La Casita. Para muchos, fue la señal definitiva de que sus boletos premium habían perdido valor. A esto se sumó el hecho de que varias de las canciones más emotivas del show se interpretarán desde ese segundo escenario, alejando a los fans VIP del momento íntimo que tanto esperaban vivir.

El enojo ha escalado al punto de que algunos asistentes ya consideran solicitar reembolsos o llevar su inconformidad a la Profeco ante lo que consideran un cambio injusto en las condiciones de visibilidad del concierto.

Una gira que habla de nostalgia y una polémica que habla de expectativas

Lo irónico es que la gira DeBí TiRAR MáS FOToS fue diseñada para ser profundamente emocional: una carta de amor a Puerto Rico y a la comunidad latina, un viaje nostálgico por toda su carrera y una invitación a apreciar el presente antes de que se vuelva recuerdo.

La decisión de Bad Bunny de poner La Casita en el centro del escenario y permitir que fans de zonas más económicas se acerquen a ella tiene un fuerte mensaje social. Rompe la jerarquía típica de los conciertos al llevar los momentos más importantes del show a quienes no pueden pagar VIP.

La Casita democratiza la experiencia, une a todos en un mismo espacio y borra fronteras entre celebridades y público. Con este gesto, el artista refuerza su mensaje de identidad, igualdad y visibilidad para la clase trabajadora puertorriqueña y latina.

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