Hay historias que no solo se escuchan, se sienten. Brenda, cantautora guayaquileña de 29 años, es una de ellas. Su vida ha sido un viaje entre montañas y costas, entre la machica y el ceviche, entre la fuerza de su linaje otavaleño y la calidez de su herencia costeña. En esa dualidad encontró su hogar auténtico, la música.
Hoy, ese universo íntimo la impulsa a uno de los escenarios más icónicos de Latinoamérica, nada más y nada menos que el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2026. Y lo hará con Capullito, una canción que vibra a ritmo de sanjuanito, bombos y melodías andinas, envuelta en una producción moderna que celebra lo que somos, juntando el pasado, el presente y la transformación.
“Capullito”: una flor que crece donde hay memoria
Más que un tema musical, Capullito es una declaración de identidad. Es la voz de una mujer que entiende que florecer también es honrar a quienes vinieron antes, abrir espacios nuevos y abrazar lo que alguna vez nos dio miedo mostrar.
Brenda cuenta con emoción que “Capullito nace desde lo más profundo de mis raíces, y solo quiero que la gente pueda sentir esa historia”.
Su interpretación es poderosa y auténtica, con el propósito de llevar el folclore ecuatoriano a un escenario que celebra nuestra diversidad cultural frente a toda Iberoamérica.
Una mujer que transforma tradición en futuro
Brenda no solo canta, construye puentes. Su trayectoria ha sido un proceso de conectar ritmos ancestrales con producción contemporánea, demostrando que la tradición también puede caminar hacia adelante sin perder su esencia.
Su voz cálida, su fuerza escénica y su compromiso con la música ecuatoriana la han convertido en una de las artistas emergentes más prometedoras del país. Su llegada a Viña del Mar no es casualidad, es fruto de disciplina, autenticidad y un amor profundo por sus raíces.
Lo que representa su presencia en Viña 2026
El Festival Viña del Mar, a celebrarse en febrero de 2026, reunirá las propuestas más potentes de todo el continente y lo mejor es que Ecuador estará ahí, brillando con el folclore en femenino.
Brenda no solo representará a un país, porque también representará a todas las mujeres que han aprendido a florecer sin pedir permiso, a quienes entienden que la identidad también es una bandera, y a las que creen que sus raíces son su mayor poder.
Cuando una mujer florece
La historia de Brenda es un recordatorio de que cuando una mujer abraza lo que es, su voz trasciende. Capullito no es solo una canción, es una invitación a reconocernos, honrar nuestra tierra y creer que los sueños se abren paso, incluso entre las grietas. Ecuador llega a Viña del Mar 2026 con fuerza femenina y Brenda, con su voz que brota auténtica, nos lleva a todas junto a ella.