Desde que se dio a conocer la detención de Víctor Álvarez Puga, esposo de Inés Gómez Mont, en Estados Unidos, el nombre de la conductora volvió a acaparar titulares. Las autoridades mexicanas la acusan a ella y a su pareja de delincuencia organizada y lavado de dinero por más de 2,950 millones de pesos, cargos que los llevaron a mantenerse prófugos durante más de tres años. Aunque Gómez Mont ha negado las acusaciones desde redes sociales, el escándalo ha reavivado viejas polémicas de su carrera, entre ellas, una de las más recordadas: su conflicto con Erika Buenfil.
La indiscreción que marcó su relación

Todo comenzó en 2008, cuando Inés Gómez Mont formaba parte del programa Ventaneando. En ese entonces, el público desconocía la identidad del padre del hijo de Erika Buenfil, un tema que la actriz prefería mantener en privado. Sin embargo, durante una transmisión en vivo, Inés decidió revelar el secreto sin previo aviso: “El hijo de Erika Buenfil, Nicolás, es del señor Ernesto Zedillo Jr.”, dijo ante las cámaras.
La noticia provocó un escándalo mediático y un gran dolor para Buenfil, quien confirmó poco después la información, aunque con serenidad. “Lo único que puedo decir es que sí es verdad y que en su momento voy a contar la historia de lo que me sucedió a mí”, declaró la actriz en aquel entonces. Su tono fue mesurado, pero su incomodidad era evidente: Inés había cruzado una línea al hablar de algo que no le correspondía.
Gómez Mont aseguró más tarde que había contado la historia con la autorización de Zedillo Jr. y su esposa, aunque eso no alivió la molestia de Erika. “Ninguna de ellas tiene el derecho de entrometerse en mi vida y mucho menos en la de mi hijo”, respondió Buenfil en una entrevista.
Érika Buenfil no se deja de nadie

El tiempo pasó, las carreras siguieron caminos distintos y la vida pareció dejar atrás aquella polémica. Hasta que, en 2021, el destino dio un giro inesperado: la Fiscalía General de la República emitió órdenes de aprehensión contra Inés Gómez Mont y Víctor Álvarez Puga, acusándolos de desvío de recursos públicos. Mientras la pareja se declaraba inocente desde el extranjero, el tema se convirtió en uno de los casos más comentados del espectáculo mexicano.
Fue entonces cuando los usuarios de redes sociales recordaron el episodio de Ventaneando y etiquetaron a Erika Buenfil en videos donde se revivía aquel momento. Fiel a su estilo, la actriz no se quedó callada, pero respondió con elegancia y una dosis de ironía que muchos calificaron como “karma puro”. “Mi hijo es de Ernesto. Pero ¿ella? Está prófuga. Creyó que me hacía daño, solo se adelantó sin derecho de hablar”, escribió Buenfil, desatando una ola de reacciones.
En entrevistas donde se llegó a tocar el tema, Érika expresó su incomodidad: “Estoy muy nerviosa, lo único que he recibido son llamadas de cariño. Hay quien está haciendo leña del árbol caído, lo único que puedo decir es que es verdad y en su momento contaré mi historia y que, a lo mejor fue de una manera muy fría, muy sin darle importancia a lo que merecía, que es mi hijo, la persona que la dio, y pues bueno, ya la dieron, ya se adelantaron. Pero nadie más que yo tenía el derecho de hablar”, afirmó la actriz.
Karma, elegancia y lecciones del pasado

Erika Buenfil, lejos de enredarse en más polémicas, ha sabido transformar las heridas del pasado en fortaleza y humor, manteniéndose vigente sin recurrir al escándalo.
Mientras tanto, Inés Gómez Mont continúa enfrentando procesos legales junto a su esposo en Estados Unidos. Las acusaciones en su contra incluyen presuntos contratos irregulares con dependencias gubernamentales y operaciones financieras ilícitas. Aunque ella insiste en su inocencia, su situación judicial sigue en desarrollo.

