Cuando se trata de bodas de celebridades, solemos esperar vestidos de alta costura, escenarios de ensueño y detalles dignos de una película romántica. Sin embargo, en el caso de Selena Gomez, lo que más conmovió no fue el lujo ni la producción detrás de su enlace, sino la poderosa decisión de quién la acompañaría en ese instante único: el camino hacia el altar.
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Lejos de la tradición, la estrella decidió que no sería su madre, Mandy Teefey, ni su padre biológico, Ricardo Joel Gomez, quienes ocuparan ese lugar, sino su abuelo materno, David Michael Cornett. Una elección que, más que romper protocolos, reveló la profundidad de los vínculos emocionales de Selena Gomez y la manera en que honra a quienes realmente han marcado su vida.

Un homenaje lleno de significado
La razón detrás de esta decisión es tan sensible como inspiradora. David Michael Cornett, abuelo materno de la cantante, no pudo cumplir en su momento con el sueño de llevar a su propia hija al altar. Para la artista, brindarle esa oportunidad ahora fue un acto de amor, gratitud y reparación. Con este gesto, Selena Gomez transformó un instante protocolario en un homenaje a la figura masculina que siempre ha representado apoyo y cariño en su vida.
Al elegir a su abuelo, Selena Gomez desafió la expectativa tradicional de que los padres son los encargados naturales de “entregar” a la novia. En su lugar, la cantante envió un mensaje poderoso: cada mujer tiene la libertad de decidir quién merece acompañarla en un momento tan íntimo.

Este gesto habla de resiliencia, pero también de amor propio. En lugar de conformarse con lo “correcto” socialmente, Selena Gomez optó por lo que resultaba auténtico y emocionalmente valioso para ella. En un mundo donde las apariencias lo son todo, la estrella demostró que la honestidad emocional es la verdadera forma de elegancia.
Lejos de la frialdad de un gesto social, el momento se cargó de emoción. Testigos cercanos a la ceremonia señalaron que ambos compartieron sonrisas, miradas llenas de complicidad y lágrimas discretas, convirtiendo la entrada de la novia en una de las escenas más conmovedoras de la velada.
La ausencia del padre biológico de Selena Gomez en su boda
Otro de los temas que no pasó desapercibido fue la ausencia de Ricardo Joel Gomez, padre de Selena Gomez, quien no asistió al evento. Aunque la cantante ha sido cuidadosa con lo que comparte sobre su vida personal, no es un secreto que su relación con él ha sido distante a lo largo de los años.
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En distintas entrevistas, Selena Gomez ha dejado entrever que su vínculo paterno nunca fue cercano, y aunque ha buscado mantener la discreción, la decisión de no contar con su presencia refuerza la narrativa de una vida construida alrededor de los lazos que ella misma ha elegido priorizar. En contraste, el papel protagónico que otorgó a su abuelo refleja la importancia de reconocer a quienes verdaderamente han estado presentes en su historia.

El momento dejó huella entre sus seguidores, quienes inundaron las redes con mensajes de admiración. Muchos resaltaron que la fundadora de ‘Rare Beauty’ no solo dio un paso más hacia su felicidad personal, sino que también ofreció una lección sobre la importancia de honrar a quienes nos han dado amor incondicional.
En definitiva, más allá del glamour y los destellos, la boda de Selena Gomez será recordada por un gesto profundamente humano: el de una mujer que, en el día más importante de su vida, decidió rendir tributo a la figura que representó la verdadera constancia y apoyo en su historia.