Netflix lo volvió a hacer: apostó por una serie británica corta, de apenas cuatro episodios, y el resultado dejó a todos boquiabiertos. Adolescencia se convirtió en un fenómeno global que no solo mantuvo a millones de espectadores al borde del sofá, sino que encendió alertas en padres de familia, psicólogos y educadores. Con un tono crudo y un retrato escalofriante de la juventud actual, esta miniserie no solo entretuvo: también generó conversaciones incómodas sobre masculinidad tóxica, radicalización en línea y el peligro de las comunidades incel.
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Lo que podría parecer un simple thriller se transforma rápidamente en un espejo perturbador de la realidad. La historia sigue a Jamie, un niño de 13 años que comete un acto atroz en su escuela, y explora cómo el contenido que consume en internet y la falta de apoyo emocional lo llevan a un punto de no retorno.
De fenómeno de streaming a arrasadora de premios
Lo que comenzó como una producción británica de bajo perfil se transformó en uno de los mayores fenómenos televisivos de 2025. Adolescencia no solo conquistó a la audiencia de Netflix, dominando el top 10 global durante semanas, sino que también conquistó a la crítica y a la industria, consagrándose como la gran ganadora en la última edición de los Emmy.
La miniserie se llevó ocho estatuillas, entre ellas Mejor Serie Limitada o Antológica, confirmando que su impacto va mucho más allá del streaming. Stephen Graham, co-creador y protagonista, fue reconocido con el premio a Mejor Actor Protagónico, mientras que el joven Owen Cooper hizo historia al convertirse, con apenas 15 años, en el actor más joven en ganar un Emmy en la categoría de Mejor Actor de Reparto.
La noche de la ceremonia dejó uno de los momentos más emotivos de la temporada de premios: Cooper, visiblemente conmovido, subió al escenario para agradecer a sus maestros de actuación y a sus padres. Su discurso fue breve pero poderoso, recordando a la audiencia que, aunque su personaje en la serie es complejo y perturbador, su trabajo representa la voz de miles de adolescentes que luchan por ser escuchados.
La serie también se llevó los premios a Mejor Dirección y Mejor Guión, coronando así el trabajo del director Philip Barantini y de los escritores Jack Thorne y Graham, quienes apostaron por un formato arriesgado —filmar cada episodio en una sola toma— que mantuvo a los espectadores en tensión de principio a fin.
La incomodidad necesaria
Adolescencia no es una serie fácil de ver. Su crudeza es intencional: busca sacudir, cuestionar y abrir conversaciones. Jack Thorne, co-creador, lo explicó así: “Para entender lo que le pasa a Jamie, tenemos que entender las presiones que enfrenta, las ideas que ha consumido, especialmente en internet, en la ‘manosfera’ y la cultura incel”.
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Este fenómeno -el incelismo- es una de las grandes preocupaciones de la serie. No solo muestra el efecto de comunidades digitales tóxicas en la mente de los adolescentes, sino también la ausencia de modelos de masculinidad saludable que puedan contrarrestar esos discursos de odio. El resultado es una historia que deja un sabor amargo, pero necesario.
Con su triunfo en los Emmy, Adolescencia se consolida como una de las producciones más importantes del año y una advertencia poderosa sobre los riesgos que enfrentan los jóvenes en un mundo hiperconectado. Si aún no la has visto, prepárate para cuatro episodios que no te dejarán indiferente.