Mía Rubín, hija de los famosos conductores y artistas Andrea Legarreta y Erik Rubín, ha logrado construir su propia identidad en el mundo del espectáculo. Con solo 20 años, ha demostrado talento, carisma y una potente voz que la ha llevado a escenarios importantes y a proyectos musicales propios, incluso al lado de su padre. Pero, como suele suceder con quienes crecen bajo los reflectores, cada paso que da es analizado al detalle por el ojo público. Y en las últimas semanas, ha sido su relación sentimental la que ha desatado controversia en redes.
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Un amor joven que incomoda a muchos
Mía mantiene una relación desde hace más de dos años con Tarik Othon, joven rejoneador con quien ha compartido románticos viajes y momentos personales a través de sus redes sociales. Recientemente, la pareja viajó a Argentina y exploró la región de la Patagonia. Aunque el destino ofrecía aventura y paisajes de ensueño, lo que captó la atención fue la intensidad de su relación y la manera en que la muestran al público.

En Instagram, Mía escribió: “Tenía mucho tiempo soñando con esto que tengo contigo” 🤍 te amo @tarik_othon_oficial.
Esa frase, acompañada de postales llenas de ternura y complicidad, desató una ola de comentarios divididos. Algunos usuarios criticaron la aparente seriedad del noviazgo a tan corta edad, asegurando que la joven está “jugando a la esposa”.
“Ella solo tiene 20 años ! Se me hace muy chica para ya estar jugando a la esposa !”. “Yo no dejo a mi hija salir con el novio como si ya estuviera casada”. “La luna de miel adelantada pero ya ahora son bien modernos no me azoto pero para qué publicarlo, esto es más personal y privado”. “Niña todavía tienes mucho por vivir como para amarrarte ya a tu novio como si fuera ya tu esposo!!!”

Además de señalar a la joven cantante, algunas críticas apuntaron directamente a sus padres, Andrea y Erik, por supuestamente darle “demasiada libertad” y no protegerla de compromisos emocionales tan tempranos.
¿Libertad, madurez o exposición innecesaria?
En defensa de Mía, también aparecieron quienes aplaudieron la relación, destacando la madurez y autenticidad con la que ambos viven su amor. La joven, lejos de esconderse, comparte con orgullo sus experiencias, dejando ver que para ella, esta etapa está llena de crecimiento y descubrimientos.
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“Muchos critican que está muy chica y demás barbaridades, yo estoy a favor que disfrute su vida...”. “Se preocupan demasiado por ella como si fueran los papás. Cada quien sabe lo que hace y seguro sus papás ahí están pendientes, ustedes qué saben”.

Y mientras la conversación digital se polariza, el viaje también tuvo sus momentos difíciles. Mía reveló que, durante su estadía, Tarik sufrió un accidente al ser atropellado por un turista mientras practicaban snowboard, lo que generó preocupación entre sus seguidores.
“Atropellaron a mi novio un snowboarder y entonces le esguinzaron la rodilla”, contó.“Nos pasó de todo, pero sin duda fue uno de los viajes más hermosos que hemos vivido... también es importante viajar con tu pareja, porque ahí también se sacan todos los trapitos sucios al sol, ¿no?”
“¿En dónde están los límites?“, cuestionan internautas

El noviazgo de Mía Rubín ha generado opiniones encontradas, no solo por su intensidad a tan corta edad, sino por lo que representa: una forma de vivir el amor sin reservas, como si no existieran líneas marcadas por la edad o la expectativa pública. Su relación -calificada por muchos como “demasiado seria” o “como de matrimonio”- abre un diálogo más profundo sobre las nuevas formas de amar, sobre la autenticidad emocional y la velocidad con la que los jóvenes enfrentan etapas que antes parecían más lejanas.
Más allá del juicio externo, su historia refleja algo común en muchos jóvenes: el deseo de entregarse por completo, de vivir sin miedo, aunque eso implique errores o críticas. Porque crecer también es eso: explorar, amar, tropezar, descubrirse. Tal vez el verdadero debate no esté en lo que se muestra, sino en cómo nos cuesta aceptar que cada generación ama a su manera y que eso, por más que incomode, también es parte de la libertad.