La televisión mexicana no sería lo que es sin la magia de Chespirito. Durante décadas, sus historias, personajes y frases inolvidables nos hicieron reír, reflexionar y, sobre todo, sentirnos parte de algo. Roberto Gómez Bolaños no sólo fue el creador de El Chavo del 8, el Chapulín Colorado o el Doctor Chapatín; fue el arquitecto de una comedia que tocó el corazón de millones en toda Latinoamérica. Con una mezcla de inocencia, crítica social y ternura, construyó un universo que ha marcado generaciones enteras.
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Ahora, a 50 años del surgimiento de ese fenómeno cultural, llega a Max la serie Chespirito, una producción biográfica que rinde homenaje a quien transformó la televisión hispana con humor, humanidad y una pizca de picardía.
Un proyecto lleno de corazón y reflexión
En entrevista con el elenco, descubrimos que más allá de interpretar a los entrañables rostros que vimos por décadas en la pantalla, los actores han revivido una parte íntima de nuestra historia colectiva.
“El guión no lo conocimos hasta que fuimos seleccionados, pero sabíamos que era algo grande”, cuenta Miguel Islas, quien da vida a Germán Valdés, ‘Don Ramón’.
“No es <i>El Chavo del Ocho</i>, es una serie biográfica, con toda la emoción y el compromiso que eso implica.<b> </b>Es un privilegio interpretar a Don Ramón, un personaje tan querido, tan humano. Muchos actores soñarían con hacer algo así”.
— Miguel Islas
Para Andrea Noli, interpretar a Angelines Fernández, la legendaria Doña Clotilde, fue “un sueño materializado”. “Cuando llegó el casting para la serie, fue algo monumental. Empiezas a investigar, a ver qué parecidos hay. Creo que desde ahí uno empieza a materializar los sueños. Y al final, esto ya es una realidad”.
Pero esta serie no sólo revive a los personajes, sino que muestra a las personas detrás de ellos: sus luchas, sus contradicciones, su humanidad.
“Creo que para quienes crecieron con esto, causará nostalgia, y para las nuevas generaciones traerá la historia a la actualidad. Se tocarán temas como misoginia y las diferencias de clases sociales, pero está contado de forma humanizada y fácil de entender. Los personajes son clichés sociales que siguen vigentes. Lo increíble es que ahora los niños entenderán la fascinación que tenemos los adultos por Chespirito”, afirma Noli.
— Andrea Noli
Una invitación a redescubrir al ícono de la televisión mexicana
La actriz Paola Montes de Oca, quien encarna a María Antonieta de las Nieves, relata con emoción el proceso de acercarse a la verdadera Chilindrina. “Desde el principio fue muy abierta y linda al contarme sobre su vida, juventud y cómo empezó a trabajar y generar su propio dinero. La admiro por muchas razones, sobre todo por perseguir sus sueños como yo, lo que me ayudó a encontrar puntos en común para construir y captar la esencia de María Antonieta”.
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“Me siento agradecida, bendecida, todos los días creo que le agradezco a la vida, al universo por esta oportunidad, porque sé que es una oportunidad de un en un millón”
— Paola Montes de Oca
Por su parte, Juan Lecanda, quien da vida a Marcos Barragán, ‘Quico’ (un cambio de nombre por temas de derechos), la serie representa más que una reconstrucción del pasado: “Es formar parte del universo del comediante más prolífico de México. Ser parte de eso, 50 años después, es un regalo que sólo la vida puede darte”.
“Creo que la realidad supera a la ficción y todos llevamos algo de nuestros personajes, por eso nos escogieron entre mucha gente. Descubrí que mi personaje es muy simpático, contrario a lo que muchos piensan, y darle colores, contrastes y profundidad lo hizo mucho más rico. Eso, a nivel actoral, me pareció fabuloso y por eso me encantó hacerlo.”
— Juan Lecanda
Quizás lo más conmovedor es cómo los actores reconocen la dimensión real de sus personajes ahora que han caminado en sus zapatos. “Estamos viviendo lo que ellos vivieron”, reflexiona Miguel Islas. “Chespirito los llamó, confió en ellos y creó algo que nunca imaginaron que seguiría vivo medio siglo después. Ahora nosotros también lo estamos viviendo. Es un homenaje involuntario, pero como diría él… sin querer queriendo”.
¿Y si pudieran decirle algo a Chespirito? Andrea Noli no lo duda: “Le daría un abrazo. Gracias, gracias, gracias. Qué genio”.
Con Chespirito, Max no sólo revive una era dorada de la televisión, sino que nos invita a mirar con nuevos ojos lo que hay detrás del disfraz, de la vecindad, del sketch. Porque el legado de un genio no se mide por cuántas veces nos hizo reír, sino por cuántas veces seguimos volviendo a él para entender quiénes somos.
