En los últimos años, las producciones internacionales han conquistado al público global con propuestas frescas, arriesgadas y, sobre todo, lejos de las fórmulas predecibles que abundan en Hollywood. Desde el fenómeno de Dark hasta los giros escalofriantes de El caso Hartung, el género de misterio y thriller ha encontrado un nuevo hogar en las series europeas, donde la oscuridad emocional, los traumas no resueltos y los secretos de pueblos pequeños se exploran sin filtros ni concesiones.
Dentro de esta ola de ficciones inquietantes que combinan drama, crimen y crítica social, Polonia ha emergido como un jugador clave, entregando narrativas potentes y atmósferas envolventes que sorprenden a la audiencia. Hound’s Hill (o Wzgórze psów, en su título original), la nueva miniserie de Netflix, es una prueba más de este auge.
¿De qué va la serie?
Con sólo cinco episodios, Hound’s Hill se atreve a contar una historia densa, sombría y profundamente humana. La trama gira en torno a Mikolaj, un autor de éxito que regresa a su pueblo natal, Zybork, tras casi dos décadas de ausencia. Su regreso no es casual: una inquietante postal reabre viejas heridas relacionadas con el asesinato de su exnovia, Daria, ocurrido 18 años atrás y por el cual fue culpado su hermano Gizmo, un joven con problemas mentales. Mikolaj, ahora casado con Justyna, una periodista de investigación, debe enfrentarse no solo a los fantasmas de su pasado, sino también a una red de mentiras, corrupción y violencia que amenaza con devorarlo todo.
A lo largo de sus episodios, la serie alterna entre el presente y flashbacks del fatídico día en que Daria murió.
A medida que los recuerdos se desbloquean y las piezas encajan, el espectador se sumerge en una narrativa cargada de tensión, marcada por la crítica social: desde los abusos de poder y el encubrimiento institucional, hasta la gentrificación forzada y el peso del trauma intergeneracional. A diferencia de muchos thrillers que se quedan en la superficie, Hound’s Hill apuesta por explorar el por qué y el cómo, ofreciendo una experiencia más introspectiva y emocional.
La clave del éxito de esta miniserie
El mayor logro de Hound’s Hill no está necesariamente en su resolución, que puede sentirse apresurada y algo forzada, sino en la manera en que construye una atmósfera opresiva, casi claustrofóbica, en la que nada es lo que parece. El ritmo es pausado, incluso desafiante, pero eso juega a su favor: exige paciencia y atención, y recompensa con giros duros, actuaciones crudas y una banda sonora que hiela la sangre. La relación entre Mikolaj y su padre, la presencia espectral de Daria, la rabia contenida de Kaska y el derrumbe emocional de los personajes convierten la serie en un retrato implacable del peso de la culpa.
En definitiva, ésta no es una serie para todos pero si te gustan las historias que te hacen pensar, que te dejan un nudo en el estómago y que, aunque imperfectas, se sienten honestas y poderosas, esta miniserie polaca merece un lugar en tu lista.
