Sydney Sweeney, la actriz y modelo estadounidense conocida por su papel en Euphoria, anunció un nuevo proyectó que capturó la atención del mundo entero: venderá un jabón elaborado con el agua de su baño.
De acuerdo con una publicación realizada por la misma joven de 27 años, este producto, denominado “Sydney’s Bathwater Bliss”, será lanzado el 6 de junio. El jabón, infundido con su agua de baño real, será vendido a un precio de 8 dólares por barra, con una edición limitada de cinco mil unidades, generando una mezcla de fascinación y controversia en redes sociales.
Sweeney colaboró con Dr. Squatch, una marca de jabones naturales, para crear este producto único: “Cuando tus fans empiezan a pedir tu agua de baño, puedes ignorarlo o convertirlo en un jabón de Dr. Squatch”, bromeó la actriz en una entrevista con GQ.
El jabón, que incluye ingredientes como extracto de corteza de pino, manteca de karité y arena, promete un aroma “masculino” con notas a pino, musgo y abeto, reflejando las raíces de Sweeney en el noroeste del Pacífico. Además, cada barra vendrá con un certificado que confirma su autenticidad, asegurando a los compradores que contiene su agua de baño real.
La idea surgió después de que fans bromeaban sobre querer su agua de baño, una tendencia que Sweeney decidió capitalizar: “Es un plan de círculo completo, porque los fans siempre bromeaban con eso, y pensé, ¿por qué no darles lo que quieren?”, explicó.
Sin embargo, la iniciativa no ha estado exenta de críticas; algunos usuarios aseguraron que se trata de una estafa: “¿8 dólares por agua de baño? ¿Qué sigue, vender el aire que respira?” o “¿Esto no es un poco extremo?”.
A pesar de las opiniones divididas, la demanda anticipada sugiere que el producto podría ser un éxito, con 100 barras distribuidas como obsequio. El lanzamiento coincide con una tendencia de celebridades monetizando aspectos personales, como Gwyneth Paltrow con Goop.
Sweeney, a sus 27 años, ha demostrado ser una estratega de marketing, aprovechando su imagen de “sex symbol” para crear buzz: “Es un jabón, no un fetish”, aclaró en Instagram, intentando normalizar la idea.