En el escenario, el aroma de los pays recién horneados flota en el aire. El telón, con forma de masa, invita al público a adentrarse en una historia que, entre cucharadas de azúcar y lágrimas contenidas, se convierte en un canto al poder femenino. Waitress, el aclamado musical de Broadway con música y letra de Sara Bareilles, llega por primera vez a México en su versión original, y lo hace con una premisa clara: enaltecer la complejidad, la vulnerabilidad y la valentía de ser mujer.
PUBLICIDAD
Basado en la película de 2007 escrita y dirigida por Adrienne Shelly, Waitress sigue la historia de Jenna Hunterson (interpretada por la talentosa Aitza Terán), una mesera atrapada en un matrimonio abusivo que canaliza sus emociones en la cocina, creando pays que funcionan como metáforas de su vida. La repostería, lejos de ser un simple detalle estético o un cliché femenino, se convierte en su forma de resistir, de soñar y de reconstruirse.
Cuando las amigas se vuelven el impulso para reencontrarte

Pero, ¿puede una obra empapada de dulzura y feminidad ser también una poderosa declaración feminista? La respuesta es sí, y Waitress lo demuestra a cada nota, a cada mordida emocional. La fuerza de este musical está en la cotidianidad, en esas mujeres que, como Jenna, Dawn y Becky, luchan con miedos reales, con un trabajo extenuante, con relaciones dañinas y con una sociedad que constantemente les exige más de lo que da.
La puesta en escena, dirigida originalmente por Diane Paulus y con un libreto de Jessie Nelson, se adentra en terrenos delicados como el abuso emocional, la maternidad no idealizada y la soledad femenina. El musical abre la conversación: ¿cuántas veces normalizamos conductas invasivas bajo la etiqueta del amor o el no hacer ruido para no incomodar?

Una de las mayores fortalezas de Waitress es su tratamiento matizado de los personajes femeninos. Jenna no es una heroína tradicional: es contradictoria, tiene errores, se equivoca y ama mal. Pero en esa imperfección, se vuelve profundamente humana. La canción “She Used to Be Mine” es un desgarrador reflejo de esa autoexploración, de ese reconocimiento de lo que se ha perdido y de lo que se puede recuperar.
En Waitress, la amistad femenina no es sólo un acompañamiento, sino el motor fundamental que impulsa la transformación de Jenna. A lo largo de la obra, la relación entre Jenna y sus amigas se presenta como un espacio seguro, lleno de comprensión y apoyo incondicional. Estas amistades se convierten en refugios emocionales donde las protagonistas pueden compartir sus miedos, inseguridades y anhelos sin ser juzgadas.
Una producción y elenco sobresaliente que te cautivará

Además de su emotiva historia, la producción destaca por sus interpretaciones vocales, su diseño escénico con tintes sensoriales y una partitura que logra ser tan nostálgica como empoderadora. Las actrices Moni Campos y Denisha aportan frescura, carisma y sororidad en sus respectivos papeles, logrando una química entrañable que sostiene la narrativa.
PUBLICIDAD
Waitress no busca ofrecer respuestas simples. Plantea preguntas incómodas, pone en el centro las experiencias de mujeres que muchas veces han sido relegadas a roles secundarios y les da una voz, una melodía y una historia propia. Más allá de la repostería o el romance, lo que realmente hornea esta obra es una reflexión sobre la autonomía, el deseo de cambio y la capacidad de comenzar desde cero, incluso en las circunstancias más adversas.