Leonor de Borbón y Ortiz, heredera al trono de la monarquía española, se encuentra actualmente en medio de su exigente formación militar, que inició en 2023. Tras completar su primer año en la Academia General Militar de Zaragoza, la princesa se trasladó a la Escuela Naval Militar de Marín, en Galicia, para adentrarse en el mundo marítimo. Allí, recibió el título de guardiamarina, el primer rango oficial tras superar los cursos como aspirante.
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Como parte de su preparación para, algún día, ejercer el mando supremo de las Fuerzas Armadas de España, Leonor debe especializarse en los tres ámbitos militares: tierra, mar y aire. En esta segunda fase, embarcó en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, donde realiza un crucero de instrucción de seis meses por distintas partes del mundo, poniendo en práctica los conocimientos adquiridos.
Y fue precisamente durante una de estas escalas que se vivió uno de los momentos más emotivos del año para la familia real española.
El abrazo más esperado en tierras panameñas
Este 3 de mayo, el puerto de Panamá fue testigo de un reencuentro que emocionó a todos y es que, tras cuatro meses separadas, la reina Letizia y su hija pudieron abrazarse por fin. Las imágenes captadas por el fotógrafo a bordo del barco mostraron a la princesa Leonor visiblemente conmovida al avistar a su madre, quien agitaba la mano con entusiasmo, sin importarle la expectación mediática ni los protocolos reales.
Aunque se trató de un viaje no oficial, la visita de Letizia a Panamá coincidió con el periodo permitido por la Escuela Naval para recibir visitas de familiares y amigos. Aprovechando unos días libres en su agenda institucional, la reina viajó de forma privada para sorprender a su primogénita durante su escala. Lo hizo justo en el fin de semana previo al Día de la Madre, lo que dio aún más simbolismo al emotivo encuentro.
¿Letizia rompió el protocolo?
Aunque muchos usuarios celebraron el reencuentro con comentarios como “mamá es mamá” y “el amor de madre siempre se extraña”, también surgieron críticas. Algunos cuestionaron si Letizia tuvo privilegios por ser reina: “¿Por qué ella pudo acercarse más que otras madres?”, o “rompió el protocolo solo por ser quien es”. No obstante, desde el entorno militar se ha aclarado que durante las escalas del Juan Sebastián de Elcano, se permite que los guardiamarinas reciban visitas familiares en determinadas fechas, como fue este caso.
Como parte de su programa, los alumnos tienen breves permisos para convivir con sus seres queridos en tierra firme, siempre y cuando se respete el cronograma y las condiciones de seguridad. En este contexto, Letizia no habría incumplido ninguna norma, sino que simplemente aprovechó su posición para estar presente en el único periodo permitido para este tipo de visitas.
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Una vez que Leonor descendió por la escalerilla, ambas se fundieron en un cálido abrazo. Luego caminaron de la mano, sonrientes y conversando, hasta compartir tiempo en privado. Según fuentes de la Casa Real, la reina se comportó como cualquier madre emocionada al ver a su hija después de tantos meses: “Letizia actuó como una más entre las familias”, aseguraron.
Mientras la princesa Leonor continúa su formación, con paradas próximas en Cartagena de Indias, Santo Domingo y Nueva York, este inesperado reencuentro en Panamá quedará grabado como una muestra del lado más humano de la monarquía. Lejos del protocolo y la solemnidad, fue el abrazo de una madre a su hija, símbolo de un vínculo que ni el océano ni los deberes reales pueden debilitar.
