El pasado sábado se efectuó el funeral del papa Francisco en el Vaticano, en donde uno de los rostros que se robó las miradas en la ceremonia fue el príncipe William.
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El esposo de Kate Middleton recibió diversas críticas en redes por su vestuario, esto debido a que en vez de lucir una tradicional chaqueta negra, utilizó una azul oscura.
En ese sentido, varios usuarios en redes consideraron inapropiado su look, al igual que el del presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien usó un color similar.
Pero otra razón por la cual el príncipe también llamó la atención, debido a la curiosa posición en donde se sentó en el funeral del papa Francisco.
¿Por qué se sentó en dicha ubicación el príncipe?
Durante el funeral, se vio a diversos líderes mundial ubicados en asientos centrales, como el mencionado presidente Trump o la reina Mary de Dinamarca.
Sin embargo, el príncipe William se veía localizado en los asientos del final, bastante alejado de los principales focos.

Según consigna el portal Hello, la razón por la cual el hijo del rey Carlos quedó ubicado en ese puesto, se debe a que se habían establecidos los asientos de los asistentes en orden alfabético en francés, ya que dicho idioma se considera como el oficial en la diplomacia.
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En ese sentido, entre todos los asistentes principales considerando presidentes, jefes de Estado y monarcas, se dio prioridad a Argentina por ser su país natal y a Italia por ser el Papa el obispo de Roma. Y tras ello, venían los demás líderes en orden alfabético.
En ese punto, Trump estaba más adelante debido a que en la lista figura como “États-Unis d’Amérique”. Por su parte, William estaba más detrás porque aparece como “Royaume-Uni”.
Ante esta situación, el cardenal Vincent Nichols, líder de los católicos en Inglaterra y Gales, destacó que se ordenara a los invitados por orden alfabético para así manejar el ego de los presentes.
“Sin duda, otra obra maestra en gestión de escena, sobre todo si consideramos a los líderes de Estado que tienen una alta opinión de su propia importancia”, expresó.
“Lo he visto aquí una y otra vez: la combinación de Roma y la Santa Sede es, en realidad, una maestra en la organización de grandes eventos”, agregó.
Por último, indicó que “creo que llevan haciéndolo desde la época en que los emperadores gobernaban Roma: saben perfectamente cómo manejar grandes egos. Y estoy seguro de que cada líder que venga aquí el sábado se irá a casa razonablemente satisfecho”.