Desde su reciente estreno en la plataforma de Netflix, la película italiana El tren de los niños ha logrado conmover a las audiencias alrededor del mundo con una emotiva e inolvidable historia.
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Ambientada en Italia en 1946, la producción sigue los pasos del pequeño Amerigo Speranza, un niño de siete años que ha vivido toda su existencia al lado de su madre en la ciudad de Nápoles.
Su vida sumida en la pobreza da un giro cuando su mamá lo envía en uno de los “trenes de la felicidad” para que pase un invierno mejor al norte, en donde una mujer llamada Derna lo cuidará.
Alejado de su madre, el niño descubre algo que lo empuja a tomar una difícil decisión que cambia el rumbo de su vida. Años pasan hasta que se da cuenta de que aquellos que te aman, te dejan ir.
“Un viaje a través de la pobreza —y también la generosidad— de la Italia de la posguerra, visto a través de los ojos de un niño dividido entre dos madres”, reza la sinopsis de la producción.
La dramática y enternecedora historia narrada en El tren de los niños ha impactado a los espectadores con su realismo, por lo que muchos se preguntan si se basa en hechos de la vida real.
¿El tren de los niños está basada en hechos reales?
El tren de los niños es la adaptación de una novela superventas homónima de Viola Ardone que se publicó en 2019. La película y el libro narran una historia de ficción, pero se inspira en sucesos verdaderos.
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Y es que, aunque ni Amerigo ni el resto de los personajes de esta trama existieron, el relato tiene su génesis en los “treni della felicità”, un programa real que se llevó a cabo en Italia a mediados del siglo XX.
Durante los años después de la Segunda Guerra Mundial, mientras el país se recuperaba del conflicto bélico, dichos trenes llevaron a millares de niños de las zonas pobres a las más prósperas.
En el sur de Italia, la pobreza, la escasez de alimentos y falta de trabajo azotaba a las familias. Ante la crisis, el Partido Comunista Italiano y la Unione Donne Italiane lanzaron “trenes de la felicidad”.
La iniciativa, que tuvo lugar entre 1945 y 1952, consistía en trasladar a los menores de las zonas desfavorecidas al norte, en donde familias de acogida les daban mejores condiciones y educación.
Se estima que se trasladaron alrededor de 70 mil niños durante este periodo.
“Descubrí que esta historia sólo la recuerdan quienes la vivieron. Mucha gente, al leer el libro, pensó que era una historia de mi invención. Es curioso porque fue una iniciativa que involucró a muchas familias y, sin embargo, el recuerdo prácticamente se perdió”, reveló Ardone, según New York Post.
“Hablando con algunos testigos, descubrí, por ejemplo, que muchos de ellos no habían contado su aventura a sus hijos o nietos porque les daba vergüenza haber sido tan pobres, cuando eran niños, que se vieron obligados a cambiar de familia durante un periodo de su vida”, explicó.
Por lo tanto, aunque la historia de Amerigo es ficticia, representa las experiencias reales de muchos de los niños que fueron parte de este programa y las dificultades que enfrentaron al partir de casa.
Así como también los lazos que forjaron con sus familias anfitrionas y los retos de volver al sur tras su estadía en el norte. Por eso, aunque la narrativa es inventada, se ancla en una realidad histórica.
La cinta además aborda el sacrificio que los padres hicieron al dejar ir a sus hijos y la amabilidad de las familias norteñas que, a pesar de no ser acaudaladas, abrieron sus puertas a los necesitados.
“Me sorprendió la generosidad, el espíritu de solidaridad de las familias que acogían a aquellos niños. No eran gente rica, muchas veces eran agricultores, pequeños ganaderos que no se cortaban la lengua cuando les pedían que añadieran un plato más a su mesa”, dijo la autora, de acuerdo al medio.
“Hoy no sé si sería posible, no quiero decir que nos hayamos vuelto menos generosos, pero sí más individualistas y menos dispuestos a escuchar las necesidades de los demás”, opinó.
El tren de los niños está disponible en Netflix desde el pasado 4 de diciembre.