El conductor del programa “Ventaneando”, Daniel Bisogno, ha despertado una seria de especulaciones en torno a su estado de salud, tras su ausencia en el espacio televisivo y su presencia en una clínica en México. Esta semana se especulo que sufrió un choque séptico, que lo llevó a terapia intensiva. Sin embargo, a través de X (Twitter), Bisogno desmintió esto y aclaró por qué estuvo internado en un hospital.
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Daniel publicó: “Todo tiene un límite y sobrepasado a un punto muy peligroso y no se está tomando con la conciencia de las consecuencias que podrían traer varios medios sicarios, dando por verdad cosas terribles con respecto a mi salud. Decidieron los doctores que era mejor retirar la vesícula para que todo estuviera bien. Y eso fue exactamente lo qué pasó, combinado con las vacaciones que voy a tomar. Les suplico no inventar más patrañas, los quiero culeyes”.
Pero, el programa de farándula “Chisme No Like” sigue sosteniendo que necesita un hígado nuevo: “Tristemente Daniel Bisogno, según las investigaciones, que tenemos que utilizar la palabra supuestamente estaría en lista de espera para un trasplante de hígado. (...) Nos aseguraron que llegó con fuerte dolor abdominal, fiebre, malestar general e intolerancia a la vía oral, o sea a la comida. Todo esto (como) resultado de la enfermedad que viene padeciendo, que supuestamente él mismo lo había dicho con Pati (Chapoy) es cirrosis hepática por hígado graso no alcohólico”.
Pero, ¿de qué trata el trasplante de hígado?
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud de México, este país, para el 2021, “22. 859 personas están en lista de espera para recibir un órgano o tejido. De ellas, 17.299 solicitaban un trasplante de riñón; 5.259 de córnea; 238 de hígado; 54 de corazón; y nueve más requerían dos órganos”. Daniel engrosaría la lista.
Este es un procedimiento que se puede realizar tanto de un cadáver como de un ser vivo, y según explica el portal de Mayo Clinic, “es un procedimiento quirúrgico para extirpar el hígado que ya no funciona de forma adecuada (insuficiencia hepática) y reemplazarlo con uno saludable de un donante fallecido o con una parte de un hígado sano de un donante vivo”.
La página web detalla que “recibir parte del hígado de un donante vivo es una alternativa a tener que esperar un órgano proveniente de un donante fallecido. El trasplante de hígado de un donante vivo es posible porque el hígado humano se regenera y vuelve a su tamaño normal poco después de la extirpación quirúrgica de parte del órgano”.
También acota que 75 de cada 100 trasplantado de hígado logra vivir un poco más de cinco años, mientras que unos 25 mueren antes de este tiempo.