El pasado domingo se emitió el capítulo de La Divina Comida “Especial en Viaje”, en el que tres parejas de amigos abrieron las puertas de sus hogares en Miami: Giancarlo Petaccia y Fernanda Alarcón, Douglas Robledo y Ana Sol Romero, y Rafael Araneda y Marcela Vacarezza.
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Recordemos que estos últimos se radicaron en la Ciudad del Sol en 2020, luego que Rafael Araneda tomara la conducción del programa Enamorándonos, de Univisión.
En el nuevo episodio del programa, ambos mostraron su lujoso hogar en Weston y hablaron sobre su experiencia en Estados Unidos. Fue en este contexto que la psicóloga comparó su apacible vida en Norteamérica, con los hechos de delincuencia que enfrentó en Chile.
“Lo primero que me salta, y yo creo que a todos ustedes, es el tema de poder dejar las bicicletas afuera, la puerta abierta, que Vicente (su hijo) ande con 15 años en bicicleta a las 2 de la mañana por la calle con sus amigos. Eso es impagable”, señaló en un comienzo.
“La seguridad. Sobre todo después del asalto”, comentó Rafael Araneda, dando paso a que su esposa recordara el violento asalto que sufrieron en su hogar en 2017. “A ver, el incidente fue hace mucho tiempo atrás, porque fue robo, un asalto, no fue un portonazo porque ellos entraron a la casa”, dijo.
Sin embargo, no fue el único hecho que recordó. Y es que en enero del 2021, Marcela Vacarezza volvió a sufrir un episodio de violencia cuando conducía por Santiago. “Yo fui a Chile en enero de 2021, y a las 7 de la tarde, me pasa un auto muy rápido por el lado. Se pone adelante y yo choqué la parte de atrás y salí arrancando y partieron atrás mío”, contó.
“Yo nunca había manejado más rápido en mi vida, ese auto lo manejé hasta lo que daba, como 240 kilómetros por hora, un peligro público. Iba con la bocina a todo lo que da, perdón pero me pasé luces rojas y todo”, agregó.
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Marcela Vacarezza remarcó que su actuar no fue el adecuado, pero que lo hizo porque temía por su vida. “Sé que fue muy peligroso lo que hice pero no podía parar porque me iban a matar, y yo creo que dijeron ‘esta, está loca’, y ahí abandonaron. Yo no manejo de noche en Chile sola, ya no lo hago”, señaló.
“Yo creo que uno aprende a vivir, y se acostumbra malamente a vivir en la inseguridad. Cuando uno tiene la primera opción de salir de la inseguridad toma la carta, y yo la tomé”, cerró Rafael Araneda.