Si hay una telenovela colmada de escenas que se grabaron para siempre entre los recuerdos de las audiencias esa es la colombiana Yo soy Betty, la fea.
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La historia que seguía la vida de Beatriz Pinzón desde que entra a trabajar en Ecomoda estuvo compuesta por completo con momentos inolvidables que despertaron todo tipo de emociones.
Sin embargo, el melodrama estrenado en 1999 no solo marcó a los televidentes con sus inolvidables secuencias, también a los actores de la exitosa ficción escrita por Fernando Gaitán.
Tal es el caso del protagonista del dramático, Jorge Enrique Abello, quien todavía recuerda con lujo de detalles un momento en particular en la trama por lo difícil que fue para él grabarlo.
Y esto no porque le costara recordar sus parlamentos o conectarse con una emoción en específico, sino por lo mucho que le costó aguantarse la risa durante el rodaje.
La escena más difícil de grabar para Jorge Enrique Abello en Betty, la fea
En un video publicado recientemente en su canal de YouTube, el intérprete de Armando Mendoza recordó el detrás de escenas de la que considera una de las secuencias más difíciles de filmar para él en Betty, la fea.
El histrión se refirió concretamente al momento en el que el presidente de Ecomoda despide injustamente a Betty, encarnada por Ana María Orozco, por no entregarle un informe a primera hora.
Durante la secuencia, la protagonista acepta muy entristecida y apenada la decisión de su jefe, quien en ningún momento le permite explicar sus razones para llegar tarde al trabajo.
Cojeando, desvelada y con las gafas rotas tras las circunstancias que había sufrido para hacer el informe y llegar a la empresa, Betty comienza a recoger sus pertenencias de su oficina.
La escena fue una de las más emotivas para la audiencia por lo cruel que estaba siendo Armando con Betty y así lo resaltó Abello en el segmento “Yo soy así” de su canal en la red social.
“Cuando yo leí esta escena por primera vez, recuerdo que dije: ‘Fernando Gaitán, eres un canalla. ¿Cómo haces esto? ¿Cómo me haces esta maldad?”, rememoró.
Sin embargo, aunque dicha escena fue muy conmovedora, la grabación del momento resultó sumamente divertida para el actor por varios factores. Entre ellos, la interpretación de Orozco.
De hecho, confesó que luchó para no estallar de la risa a lo largo de su filmación.
“Yo me divertí mucho haciendo esta escena, pero me divertía más por mi compañera de trabajo y por la crueldad de lo que estaba sucediendo”, contó. “Ella es muy buena actriz de comedia”.
“A mí me daba una risa profunda, pero lo que más risa me daba era poder burlarme de alguien que, en otras circunstancias, sería intocable (…)”, explicó.
“Fue extremadamente difícil no estallar de la risa”
El actor colombiano compartió que, cuando comenzó la grabación de la escena, lo primero que pensó fue cómo sería capaz de filmarla sin reírse.
“Yo decía: ‘Dios mío, ¿cómo hago esto sin reírme porque es una maldad muy grande?’. Y lo logré pese a Ana María, además. Logré no reírme”, señaló.
“Ella cojeaba más, me torcía el ojo, se le aguaba el ojo cada vez que yo le hablaba, la gafita le temblaba, así como si fuera un muñequito de anime”, detalló.
“Créanme que para uno también es difícil eso porque en un momento que dice: ‘Me quiero estallar de la risa. ¿Este muñeco qué está haciendo delante de mí?”, agregó.
En la plática, Abello además reconoció: “Fue extremadamente difícil no estallar de la risa por las circunstancias y saber que lo que estaba haciendo, que era una injusticia tan grande, el público la iba a magnificar…”.
Asimismo, destapó que cuando finalmente vio la escena en la televisión, solo pudo preguntarse: “¿Dios, ¿cómo no nos atacamos de la risa?”.
Por otro lado, durante la conversación, Jorge Enrique destacó también que a partir de ese momento “comienza un camino de manipulación muy compleja” que marca la relación “supertóxica” de los protagonistas.
Y es que, como recordaremos, antes de marcharse de la empresa, la hija de don Hermes sorprende al prometido de Marcela Valencia entregándole el plan de negocios que quería.
Aunque no se molesta en preguntar el motivo de su retraso ni percibe que está malherida, Mendoza inmediatamente cancela su despido y vuelve a ser “la gran Betty” ante sus ojos.
