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Mientras el hombre sigue con su vida cuando es infiel, la mujer es señalada por “romper” relaciones

Maite Perroni ha sido muy atacada tras anunciar su relación con Andrés Tovar quien cometió una infidelidad sin recibir el mismo odio

A mediados de 2020, la actriz Maite Perroni fue acusada de haber sido la tercera en discordia en el matrimonio de Claudia Martín y Andrés Tovar. De inmediato se pronunció al respecto y puso un alto a quienes la estaban “difamando”.

“Cuando brillas y parece que todo está bien… siempre hay quienes quieren alimentarse de ese brillo; resulta conveniente. Pero cuando la sombra llega, son muy pocos los que iluminan tu camino. Gracias a los que han estado y son verdaderas luces en mi vida... hoy tengo muy claro quiénes son. GRACIAS”, escribió Maite en aquel entonces.

Tras meses de especulaciones, finalmente se dio a conocer que ambos actores sí tienen una relación sentimental pero que empezó cuando ya estaban separados de sus respectivas parejas.

En redes sociales hay una guerra entre quienes defienden a Maite y quienes se han dedicado a atacarla por todo lo que se ha suscitado desde que iniciaron los rumores de su relación con Tovar.

Todo en torno a una infidelidad está mal y no se trata de defenderla pero la sociedad tiende a castigar primero a la mujer antes que cuestionar las acciones del hombre.

¿Por qué nos apresuramos a culpar a la “otra mujer”?

No es extraño que títulos como “la manzana de la discordia” o “la otra” se refieran a la mujer involucrada ¿y el hombre en cuestión? ¿por qué señalar más a uno que otro?

Maite quizá no es ninguna víctima pues también tomó otras acciones que la pusieron en la mira como el iniciar un proceso legal por difamación pero de todos modos, pareciera que es la que le fue infiel a Claudia Martín y quien tiene toda la responsabilidad de lo sucedido en ese matrimonio.

El caso de Brad Pitt, Jennifer Aniston y Angelina Jolie también dejó ver cómo el hombre suele salirse con la suya. Las actrices fueron puestas una contra la otra y mientras Aniston fue señalada por ser “poco emocionante” para un hombre como Brad, Angelina fue catalogada como una “rompe hogares”. El actor siguió siendo el hombre más codiciado de Hollywood, libre de toda culpa.

Pensar que un amor así es “cosa del destino” tampoco es algo que deba romantizarse pero sí debe ponernos a pensar por qué la mujer suele ser la que es señalada como única responsable. Incluso pareciera que se vuelve un espectáculo poner a ambas partes como enemigas cuando en medio hay otra persona que tomó la decisión de traicionar la confianza de la pareja que tiene en ese momento.

Una infidelidad es un trauma para quien lo sufre. Con ella viene la sensación de duda y de culpa pero de nuevo, la víctima es quien se queda cargando ese peso mientras que el que cometió la traición, parece seguir avanzando como si nada.

La cultura popular nos ha programado para creer que la mujer, tanto de un lado como del otro, es la culpable. Mientras “la traidora” es una persona despreciable, “la víctima” es culpable por no haber hecho lo suficiente para conservar a su pareja.

De nuevo, no se trata de “limpiar culpas” ni justificar a quien es parte de la infidelidad sino de poner la realidad en una balanza.

Culturalmente asumimos que los hombres son terribles de todos modos y que es “normal” que caigan en algo así (hay demasiadas películas de Hollywood que romantizan esto). Según expertos en psicología, es más fácil enojarse cuando una mujer hace algo malo porque asumimos que está fuera de su naturaleza “bondadosa”.

Es seguro decir que cuando un hombre engaña, lo hace por su propia cuenta. Nadie lo obliga a desviarse pero cuando lo hace, generalmente se considera a la mujer como la responsable.

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