La nueva serie de StarzPlay se basa en los cuentos eróticos de Anaïs Nin y se deleita en la atmósfera única de Tánger.
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Tánger en Marruecos, a mediados del siglo XX, fue uno de los enclaves del jet set por aproximadamente 3 décadas. Allí los ricos y famosos crearon su propio paraíso hedonista. Little Birds: el Marruecos de los 50 es una fantasía de moda
Bárbara Hutton, la malograda heredera y sus famosas fiestas, los hijos del tacañísimo millonario Jean Paul Getty perdiéndose en bacanales y, por supuesto, la aristocracia que representa muy bien la serie “Little Birds”, de StarzPlay, que se estrenó este mes y que está basada en los cuentos eróticos de Anäis Nin.
Little Birds: el Marruecos de los 50 es una fantasía de moda
En los años 50, Lucy Savage (Juno Temple) viaja a Tánger para casarse con su marido Hugo Cavendish (Hugh Skinner). Ambos son seres reprimidos en un matrimonio de conveniencia que encuentran su identidad sexual en ese mundo tan libertino, donde hay personajes como la dominatriz Cherifa Lamor (Yumna Marwan), que ayudarán a Lucy a redescubrirse.
Por supuesto, el vestuario hace parte importante de la producción y la recreación de un mundo tan onírico que no se vea como todas las producciones de la época y como la época en sí misma.
Metro habló con su diseñadora de vestuario, Jo Thompson, sobre cómo creó este universo.
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P: ¿Cuáles fueron tus referencias para recrear el vestuario de la época?
–Hice mucha investigación e hice muchos moodboards y pinturas donde recolecté fotografías y pinturas. También revisé muchas películas de este periodo y tuve mucha colaboración con el director y el diseñador de producción.
A su vez, tomé de referencia a muchas actrices que eran sinónimo de glamour en ese tiempo, como Hedy Lamarr, Ava Gardner, Marilyn Monroe, entre otras. Por otro lado, tomé referencias de diseñadores de los años 50.
Por suerte, la exposición de Dior estaba en Londres cuando comencé a pre producir el vestuario y esta fue una gran oportunidad para ver las siluetas y los materiales y así crear esta visión idealizada de esa época.
<p><strong><em>“No queríamos hacer una serie de época, sino algo más accesible para la audiencia moderna, así que tomamos los mejores elementos de esta época y los que más nos gustaban”</em></strong></p>
También hice mucha investigación sobre los outfits originales de París y Londres en aquella época y mi asistente hizo una gran investigación sobre los atuendos de Marruecos en la época y su joyería, así como sus telas, así que fue una gran mezcla de muchas cosas.
Hice muchas copias de lencería de la época y más que todo, basadas en la que existía en los años 30 y 40.
P: ¿Cómo plasmas la evolución de Lucy?
–Vive con su madre y luce impecable, como pasa con una mujer de su posición. Es bastante reprimida al comienzo y tiene un aire muy infantil: es tratada como una niña a pesar de ser una mujer. Pero viaja a Tánger, con enormes contrastes, y recreamos este lugar a través de su visión.
Se encuentra con un mundo exótico que jamás experimentó y se sexualiza. Cambia la paleta de color, cambia su figura, incluso usa crop tops y jeans y lo maravilloso es ver cómo se apropia de su viaje. Además, trabajar con Juno es genial.
P: ¿Cómo es Cherifa, esta dominatriz marroquí, en contraste?
–Para ella nos basamos más en referencias de los años 30 y 40. La vemos en ropa interior y tratamos de imaginar el mundo de las prostitutas en esos años. Así, mezclamos en ella varias referencias que mostraran su fuerza, independencia y lugar de procedencia. Tuve un asistente de Marruecos que me mostró cómo usaban la joyería, y esto se lo añadimos al personaje, que usa algo de oro y es muy sensual.
También tomé más referencias por el estilo de Ava Gardner y el look vampish de épocas anteriores, así como los trajes tradicionales de Marruecos y la época en la que vive de manera contemporánea, con maravillosas texturas de su país.
P: ¿Cómo creaste el vestuario masculino?
–Con Hugo (Hugh Skinner) me inspiré en ese aire beatnik y en Jack Kerouac. Tengo la teoría de que cuando él llega de Londres, se manda a hacer trajes en Tánger, pero es un aire más internacional. No tiene el aire tradicional del sastre inglés.
También es un personaje reprimido y su amante es mucho más sensual y liberado, así como cómodo con lo que viste. Así que pensé en él como un aristócrata inglés expatriado, que también usa muchas sedas, linos y algodones.
P: ¿Cómo recrearon de manera respetuosa los trajes tradicionales de Marruecos?
–Tuvimos dos asistentes y consejeros que nos ayudaron a recrear de esta manera los atuendos de esta cultura. Además, Tánger en esa época, según mi investigación, es un lugar muy internacional, muy distinto a lo que se ve en Europa y Norteamérica en ese momento y es ver cómo varias culturas convergen en ese mismo lugar, que era único en su tiempo.
P: Hay muchas producciones que se sitúan en los años 50. ¿Cómo hacer algo distinto?
Obviamente los años 50 son muy familiares porque hemos visto películas de esa época o que la recrean. No queríamos hacer una serie de época, sino algo más accesible para la audiencia moderna, así que tomamos los mejores elementos de esta época y los que más nos gustaban.
Con Lucy usamos referencia de la década, pero las más atractivas para ella. Con Cherifa, en cambio, usamos referencias de otras épocas. De esta manera, creamos algo muy cosmopolita y exótico. Una mezcla de culturas.