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«Gambito de dama» nos deja lecciones para superar la figura del padre ausente

La miniserie Gambito de dama fue creada por Scott Frank y Allan Scott para Netflix.

La miniserie de Netflix Gambito de dama nos deja lecciones para superar la figura del padre ausente Instagram

Anya Taylor-Joy, una actriz inglesa-argentina nacida en Miami, encarna a Beth Harmon, una brillante jugadora de ajedrez que viene de arrastrar una infancia complicada y una temprana adicción a las drogas. Todo ello enmarca la fascinante trama de la miniserie Gambito de dama estrenada en la plataforma Netflix el pasado 23 de octubre.

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La miniserie Gambito de dama fue creada por Scott Frank y Allan Scott para Netflix. Está inspirada en la novela The Queen’s Gambit de Walter Tevis.

La vida de Beth Harmon fue sido marcada por la muerte de su madre alcohólica, luego de provocar un terrible accidente de tránsito estrellando su carro contra un camión, buscando así la muerte de ambas, pues no sabía cómo afrontar su maternidad. La niña, aturdida por lo ocurrido fue a parar en un orfanato en donde estuvo hasta entrada su adolescencia.

La figura paternal siempre estuvo ausente. Su padre, casado, no estuvo para ella, y eso es algo que veremos en el desarrollo de la miniserie Gambito de dama.

Gambito de dama

Especialistas indican que el gambito de dama es una apertura de ajedrez que se encuentra entre las más estudiadas.

Una de las jugadas se basa en el ofrecimiento del peón al adversario. El gambito de dama es uno de los principales sistemas para jugar una apertura cerrada. A diferencia del gambito de rey, donde el negro puede obligar al blanco a jugar toda la partida con un peón de menos, el gambito de dama es un falso gambito, ya que el blanco puede recuperar el peón cuando quiera, y si el negro se empeña en conservar el peón de más, suele caer en posiciones perdidas, y en todo caso inferiores, señala Wikipedia.

La ausencia de un padre

Su amor por el ajedrez nacerá muy pronto. En el orfanato conoce a quien se convertiría en su maestro de ajedrez. Aunque está lejos de llegar a ser una figura paternal, con el tiempo se ganó su respeto al ver su extraordinaria destreza.

La ausencia de un patrón masculino que sirviera de referencia para hacerse la idea de un padre amoroso y presente, la conduce por complicados vericuetos emocionales y la lleva a una incapacidad casi demencial para establecer relaciones duraderas.

Esto, debe llevarnos a la reflexión. La ausencia de un padre puede ser un lastre que carguemos por el resto de nuestras vidas si no llegamos a hacernos conscientes de la necesidad de perdonar, soltar y avanzar.

Las drogas no reemplazan al padre ausente

Su relación enfermiza con las drogas y el alcohol se constituye una vía de escape, que incluso llega a costarle establecer lazos verdaderos con los hombres.

Brillante estratega del ajedrez, Beth Harmon llega a ratos a sumergirse en niveles de inconsciencia tales que la alejan de sus deseos para ascender en este mundo, que para la época en la que discurre la historia era casi exclusivamente de los hombres.

Aquí vuelve a pesar el padre ausente. Gambito de dama puede ser vista como una gran lección para vernos en ese espejo de tantas y tantas hijas abandonadas. No estamos solas, es importante adquirir consciencia del valor que cada una tiene, al margen de la historia familiar y de las heridas que arrastremos de la infancia.

El talento de Beth Harmon en el ajedrez la llevó a la cúspide, pero sus adicciones y traumas por poco la dejan fuera del juego.

La historia también deja ver luces en medio de una historia que a ratos se embebe en el dolor. La amistad sincera y el amor surgen, sacando a esta estrella del ajedrez de su actitud autodestructiva.

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