Han transcurrido más de dos años desde que el príncipe Harry de Inglaterra y Meghan Markle se dieron el sí en celebró en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor el 19 de mayo de 2018.
Y en pleno 2020, siguen surgiendo historias asombrosas de uno de los últimos matrimonios más mediáticos de la realeza británica.
Recientemente, el obispo Michael Curry, quien pronunció el sermón en la boda del príncipe Harry y Meghan Markle en 2018, aseguró que durante la ceremonia sucedieron eventos “paranormales” y relacionados con el más allá.
Curry aseguró que durante el casamiento oyó las voces de alegría de los esclavos que construyeron siglos atrás la capilla de la realeza británica.
“Después de predicar el sermón, solo recuerdo que era como si pudiera sentir esclavos por el lugar”, dijo el obispo, de 67 años. “No quiero ser espeluznante, pero fue como si las voces (de los esclavos) se escucharan de alguna manera ese día. Incluso pude oír una de sus canciones: Hay un bálsamo en Gilead”, expresó Curry a a la revista People.
Para el obispo, el canto de los esclavos era de esperanza y felicidad por el matrimonio del príncipe Harry y Meghan Markle.
“Ese matrimonio reunió a dos naciones, Gran Bretaña y Estados Unidos, pero unió a personas de todo el mundo. Me di cuenta de que el amor de dos personas unía, al menos por un momento, un mundo de diferencias. Y creo que es una parábola de lo que puede hacer el amor verdadero”, agregó.
Una obra de los esclavos
El príncipe Harry de Inglaterra y la actriz Meghan Markle se casaron en la capilla de San Jorge, una iglesia íntimamente ligada a la historia de la monarquía británica.
Lugar de reposo eterno de reyes y reinas, ha sido testigo de numerosas bodas reales y ceremonias oficiales.
Inspirándose en los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo, Eduardo III fundó en 1.348 la Nobilísima Orden de la Jarretera, la más prestigiosa del país. El rey eligió la capilla de Windsor como la iglesia madre de la orden y la dedicó al patrón de Inglaterra, San Jorge.
La capilla fue reconstruida entre 1475 y 1528 en estilo gótico. Fue construida por esclavos africanos comercializados a la monarquía. La mayoría recibió crueles maltratos para culminar la estructura religiosa en poco tiempo.
La espada del rey Eduardo III, de 2 metros de largo, cuelga en la iglesia.
En el exterior hay 76 esculturas de las bestias de la reina, representando a los 14 animales heráldicos, incluyendo el león de Inglaterra, el dragón rojo de Gales y el halcón plateado de York.
La iglesia conserva una puerta original de mediados del siglo XIII, que sólo usa la familia real cuando asiste a servicios religiosos. Precisamente, el príncipe Harry, nieto de la reina, fue bautizado allí en diciembre de 1984.
Eduardo IV, Enrique VI y Eduardo VII, Enrique VIII, el ejecutado Carlos I o Jorge III -el último monarca inglés que reinó en el país de Markle, Estados Unidos-, son algunos de los que reposan en este templo.
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