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Entrevista a Pablo Trapero: “Una de las cosas más lindas dentro del desastre de la pandemia es poder ver dos o tres películas al día”

En una charla con Nueva Mujer, el director habla de sus estudios cinematográficos, de su cinefilia y de su manera de concebir un rodaje, entre otros temas.

Pablo Trapero Instagram

Pablo Trapero, sabía que quería estudiar cine. En el año 1991 abrieron la primera Universidad del Cine en Buenos Aires(FUC), en la que él se matriculó como estudiante.

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El cineasta, lo describe como «una experiencia muy linda».

«Fue empezar en una escuela que estaba iniciando  y luego se hizo muy famosa. Tengo recuerdos muy lindos de estudio, sobre todo con mis compañeros, mis profesores, era una experiencia a nivel colectiva muy linda porque estaba empezando y era un espacio que en Argentina se necesitaba por entonces y había mucha variedad de estudiantes con distintos perfiles o distintas historias», rememora.

CINEFILIA

Cinéfilo empedernido, Trapero expresa que cada director ha hecho mella en él en distintas etapas de su vida, y que su perspectiva es diferente, según va pasando el tiempo y vuelve a ver sus películas.

«Hay directores como Chaplin, que yo vi a lo largo de mi vida en muchas etapas distintas, primero cuando era un niño, después cuando empecé a estudiar cine descubrí al Chaplin director y a medida que pasan los años me sigo encontrando con Chaplin en distintas facetas, o Fellini, de quien descubro cosas que no había visto o Billy Wilder, director que no me canso de volver a ver sus películas, o Hitchocok o Herzog y así descubrir nombres nuevos, la verdad que disfruto mucho viendo pelis. En mi casa de Buenos Aires tengo una pequeña sala de cine con mi colección, disfruto mucho viendo pelis, una de las cosas mas lindas dentro del desastre de la pandemia fue tener tiempo para ver 2 o 3 películas al día, que era algo que no tenía tiempo para hacer».

El director, desde su sala privada de cine en su casa.

El cineasta menciona al director austriaco Fritz Lang, quien comenzó su carrera con películas expresionistas alemanas y culminó en Estados Unidos. Estos últimos trabajos le fascinan a Trapero y nombra el filme Perversidad como «una película, que si la ves ahora tiene más fuerza» que cuando la vio años atrás, «sobre todo si la pones en el concepto del Me Too hoy día», agrega.

Perversidad, es la historia de un afable cajero Edward G. Robinson, quien es despreciado por su mujer, hasta que conoce a la femme fatale Joan Bennett, que se aprovechará de su enamoramiento para extraerle dinero, lo que derivará en dramáticas consecuencias.

 

PRECOCIDAD

El director, filmó su primera película, Mundo grúa en 1999, cuando solo contaba con 26 años y fue un rodaje muy difícil para conseguir financiamiento. Finalmente, el filme tuvo un gran éxito de crítica y público además de hacerse con el  Premio Semana de la Crítica en Venecia.

Le siguió El Bonaerense, en 2002, con 31 años, que también tuvo una repercusión muy positiva y se presentó en la sección «Un Certain Regard del Festival de Cannes», donde fue acogida con gran entusiasmo.

Trapero, atribuye su temprana consolidación a «un producto de cierta tozudez e ingenuidad».

«Yo estaba tan concentrado en rodar una película(Mundo grúa), yo estaba filmando y estaba pensando que no me importaba si iba a terminarla, o si alguien la iba a ver, lo que yo quería era ser un director que aprendiese filmando, porque muchos directores empiezan de grandes, como tiracables, o asistentes. Yo desde que empecé la escuela de cine sabía que lo que quería era dirigir y sabía que aprendiendo a dirigir era dirigiendo, y eso me motivó a filmar», asevera.

El cineasta, rememora cuando terminó el rodaje de Mundo Grúa «y pasaron un montón de cosas muy lindas».

«Mi vida fue el sueño del pibe», declara.

Sus ganas y su pasión por lo que hace es lo que hace que su carrera vaya en auge y asegura que los directores que más le han motivado, fueron los que «hicieron 20 o 30 películas».

«Yo siento que tengo mucho  más por hacer todavía, muchas ganas y mucho entusiasmo, muy similar al que tenía cuando empecé, obviamente tengo mas años y experiencia y los desafíos cambian, pero esa curiosidad y ese deseo te diría que es idéntico a cuando comencé», expone.

 

2015

El 2015, fue un año dorado para el realizador. Su película El clan, basada en hechos reales, ganó también en el Festival de Venecia, el premio a Mejor dirección. 

Además, Trapero fue distinguido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia.

A nivel personal, su mujer, la actriz Martina Gusmán, con quien ha filmado varias películas, quedó embarazada de la segunda hija que ambos tienen, Lucero.

«Fue un año muy intenso, muy lindo», señala.

Sobre su esposa, a quien describe como «una de las mejores actrices de la generación» afirma que siente «admiración» por su trabajo y que disfrutan mucho filmando juntos.

«La primera película que rodamos fue Nacido y criado en 2006, era un interrogante cómo nos iba a ir en nuestro rol de actriz y director y de ahí decidimos hacer Leonera, q se estrenó en 2008″, menciona, además de recordar que Gusmán «tiene una formación desde chica».

Asimismo, cuenta que le gusta también mucho verla actuar en proyectos independientes a los que tienen en conjunto.

«Te diría que disfruto más porque no tengo esa intimidad, porque conoces los trucos, las escenas, la puedo disfrutar como un espectador más ajeno al proceso», define.

 

LA ESCRITURA Y LA DIRECCIÓN

El cine de Trapero, es un cine de autor en toda regla ya que él mismo ha escrito, dirigido y producido la mayoría de sus películas, algunas basadas en hechos reales como El Clan.

«Disfruto más dirigiendo que escribiendo, pero para mí escribir es un proceso más intenso, más fluido, hay un desafío en cada caso, cada vez que rodás, ese desafío siempre está y escribir está siempre, vos estás viviendo desde un proceso más interno», relata.

Trapero, enuncia que él se apoya en varias personas cuando comienza a escribir pero que «al final, lo que se rueda», lo escribe él solo.

Además, asegura que en estos últimos años está «haciendo experimentos para no hacer cosas tan personales», como la serie Zero, Zero, Zero, que se estrenó recientemente en Amazon,y narra que le agradó su experiencia de escritor «al lado de otro».

«Me gusta mucho escribir, pero creo que la etapa de mayor expansión es cuando eso que está en el papel se convierte en escena, un actor que es un partner, compañero, con quien estas empezando a rodar», concluye, respecto a este tema.

 

¿A QUIEN QUIERES MÁS A MAMÁ O A PAPÁ?

Esta pregunta equivale a preguntarle al director cuales son sus películas predilectas rodadas por él.

Para el cineasta, lo más importante es disfrutar de su trabajo.

«Si yo no disfruto de lo que estoy haciendo siento que no tiene mucho sentido seguir. Para mí es fundamental disfrutar de la película. Hacer una película demanda una cantidad de energía, de dinero, gente, recursos, que si no disfrutas es muy difícil que resulte bien, porque no existe la producción que te garantice el clima, que te pueda comprar un día de sol y ahí el dinero se va consumiendo y tenés que esperar a que salga el sol», manifiesta.

Trapero, declara que «hacer cine es un ejercicio que te expone constantemente ante tus sueños y la realidad y a veces esa frustración puede ser más grande que el deseo».

«Si no estás constante, si no puedes aprender de cada proyecto, puede ser muy tortuoso[…]Cada experiencia es única», remarca.

 

SUS NUEVOS HIJOS CINEMATOGRÁFICOS.

El director revela que tiene varios proyectos entre manos «algunos se pueden comentar, otros en la intimidad».

El último es Paris Trap, una película  protagonizada por Lily James que iba a filmarse en la capital francesa en este verano europeo, antes de que irrumpiese la pandemia.

Trapero, informa que actualmente están «recalculando la fecha».

Además, confirma que está preparando la adaptación de su película Carancho para una serie que se rodará en el este de Los Ángeles.

Carancho, encabezada por Martina Gusmán y Ricardo Darín, cuenta las peripecias de un abogado sin licencia, que al igual que el ave de rapiña, los caranchos, vive pendiente de los accidentes automovilísticos, para presentarse el primero en el lugar de los hechos y ofrecer sus servicios legales a nombre de una fundación ilegal.

Trapero, evoca que en Argentina a esas personas se las comenzó a llamar caranchos, después de la proyección de su película.

Sobre su confinamiento, describe que la mayor parte lo ha pasado junto a su familia en una casa de campo, donde ha consumido cine,-hay también otra sala en ese hogar-, han estado en contacto con la naturaleza, «tenemos algunos animalitos, una granja y una huerta»y ha aprovechado para trabajar en carpintería, un hobby del realizador.

Sus planes postcuarentena son viajar a Francia para el rodaje de París Trap, mientras que Martina, volará hasta Barcelona, donde tiene otros proyectos pendientes y su hijo mayor, Mateo, quien ha cumplido 18 años, migrará junto a su madre a la ciudad catalana para estudiar fotografía y música.

Y ya lo dijo Confucio: «Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida».

 

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