Han pasado 30 años desde que Julia Roberts protagonizó Pretty Woman, pero la actriz de 52 años luce tan radiante y juvenil como siempre. Ella es sin duda una de las mujeres que rompe con el estigma de que las mujeres dejamos de ser atractivas «a cierta edad».
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Las mujeres vivimos atadas a un sin fin de creencias en torno a la belleza. Desde siempre, nos han dicho que las arrugas son poco estéticas y que con el tiempo, perdemos nuestro atractivo.
Hoy es muy fácil escondernos detrás de un filtro o dos pero es momento de dejar de ver los números y las marcas de la edad como una condena.
Envejecer es inevitable pero podemos cambiar todas esas connotaciones negativas que tanto nos detienen.
Mujeres como Julia Roberts nos han dado una nueva perspectiva en torno a envejecer. Sí, quizá muchas pensamos que «tiene todo a su alcance» y que para ella las rutinas de skin care no son un problema. Sin embargo, ¡todas podemos cuidar nuestra piel y potenciar nuestra belleza!
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Lejos de pensar que para vernos como ella tenemos que recurrir a costosos tratamientos o dolorosas cirugías, es momento de enfocarnos en que el secreto está en no tener miedo a decir cuántos años tenemos y a no ocultar los «estragos» del tiempo.
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Las manchas, las cicatrices y las llamadas patas de gallo son una prueba de todo lo que hemos vivido; de las batallas que hemos superado y las lecciones que hemos aprendido pero sobretodo, de las risas.
Julia ha mostrado sus marcas de la edad con orgullo y aunque ha llegado a ser criticada por verse «descuidada», son más quienes le aplauden por dignificar los años.
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Porque los números no definen tus aspiraciones ni tampoco qué tan deseable o hermosa eres.
Es momento de dejar de vivir presionadas por cumplir con los estándares de belleza que la sociedad nos impone. Es momento de dejar de creer que cuando llegamos a cierta edad dejamos de ser hermosas o deseables. Hoy más que nunca, debemos aprender a aceptar los cambios en nuestro cuerpo y ver todas esas marcas como un símbolo de los buenos recuerdos que vamos acumulando.
Es momento de tomar la edad como una referencia de los años bien vividos.
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