Espectáculos

Entrevista al actor Óscar Martínez: “Actuar, no es mentir. Es llevar acciones a cabo”

El intérprete recibe a Nueva Mujer en una charla online desde su casa de Buenos Aires, y revela cómo lleva el confinamiento, su pasión por el cine y por la escritura y los trabajos que tiene pendientes.

Óscar Martínez, uno de los actores más reconocidos de Argentina, es un hombre serio, tremendamente educado y quizás con un halo de timidez.

SU CUARENTENA

Al preguntarle cómo está, mueve la cabeza «y aquí, no es fácil, no es fácil», dice en tono resignado.

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«Siento que esto es un desafío muy grande por distintas razones pero para todo el mundo».

Admite sentirse angustiado ante esta situación de incertidumbre, «ya es bastante con la que uno convive sin pandemia», expresa.

«El no poder trabajar es algo que a mí no me hace bien, es ya mucho tiempo, muchos días, muchos meses».

Asimismo, cuenta su frustración porque cuando comenzó la pandemia él  «estaba muy contento» en un rodaje de una película en Madrid, que protagonizaba junto a Antonio Banderas y a Penélope Cruz, dirigida por Mariano Cohn, Gastón Duprat, los mismos directores de la multipremiada Ciudadano Ilustre.

Debido a la detención de la filmación, Martínez llegó a Buenos Aires «muy abatido y preocupado».

«Te diría que el primer tiempo lo tomé bien para las circunstancias pero a medida que van pasando los días y los meses, he tenido momentos difíciles, de depresión, de angustia, sobre todo por no poder proyectar», describe.

Se señala su barba. «Esta barba incipiente que ves es porque hace diez días empecé a dejármela porque en la película, que tenemos rodado el 52 por ciento, tengo una barba de dos meses. Se está hablando que a mediados de septiembre se reanudaría el rodaje y el 9 de julio fue el último día que me afeité y por eso tengo este aspecto desaliñado», explica.

 

COMPETENCIA OFICIAL

«Esta es una historia que empezó hace dos años a raíz del entusiasmo de Penélope y Javier también de trabajar conmigo después de ver  El Ciudadano Ilustre. […]Coincidió que yo tuve que ir a hacer unas retomas del final de Toc Toc,-Otra película española en la que participó-,porque habían decidido cambiar el final y la productora me preguntó si podía ir y yo dije que sí, cinco días. Coincidió también con un homenaje a Pilar Bardem, que estaba malita y Javier me invitó a ese homenaje que era un lugar muy grande para miles de personas. Había un Vip que era en un bar muy pequeño y cuando entré Javier estaba en la entrada, me dijo ‘mi mujer está allí’ , era como una L y cuando me di la vuelta vi a Penélope, tomó una silla y dijo ‘tú te quedas aquí'».

Así fue cómo Martínez pasó toda la noche charlando con Cruz ,»también se unió Aitana Sánchez Gijón», recuerda.

Cuando el actor regresó a Buenos Aires, les comentó a Cohn y a Duprat el deseo de los internacionales artistas de trabajar con ellos.

Los directores le pidieron el contacto y fue el principio de un nuevo proyecto, todavía en proceso.

Bardem, justo estaba interpretando a Hernán Cortés bajo las órdenes de Steven Spierlber por lo que el actor escogido fue Antonio Banderas.

«Ahí empezó a rodar esta pelota[…] Es como estar en una fiesta y que te digan que la fiesta se acaba en este instante porque hay un peligro inminente que nos está amenazando», comenta.

Óscar, revela que también ha sido invitado al Festival de Málaga de este año donde le van a dar un premio por su trayectoria.

El evento que es en marzo, este año se reprogramó para finales de agosto.

Martínez, enuncia que le gustaría «estar de cuerpo presente» pero que «hoy por hoy no se puede afirmar que sea posible», así que en el caso de no poder acudir antes, viajaría directamente para rodar Competencia oficial, el ambicioso filme en el que actúa junto a Cruz y a Banderas.

Sobre la película, la describe como «una comedia negra bastante corrosiva al mejor estilo Duprá Cont, bastante cáustica sobre el mundo de los actores y el cine. Antonio y yo hacemos de dos actores que se aborrecen, que compiten ferozmente y Penélope es una directora muy excéntrica y perversa que aprovecha esta rivalidad y hasta la incentiva con tal de contar la película en los términos que ella la quiere contar, porque la historia que van a filmar es la de dos hermanos que se odian», detalla.

 

EL CIUDADANO ILUSTRE

En 2016, Mariano Cohn, Gastón Duprat sorprendían con El ciudadano ilustre, una comedia de una tremenda ironía que muestra como un escritor argentino (Martínez), es nombrado ciudadano ilustre por el pueblo en el que se crió y decide viajar hasta allí después de décadas, para recoger el premio, atravesando inimaginables e hilarantes situaciones.

La labor de Óscar Martínez fue premiada en el Festival de Venecia y la película consiguió muchos otros premios, entre ellos el Goya a la Mejor película iberoamericana (España) y el premio Ariel, en la misma categoría, en México.

Al comentarle al actor que la película refleja perfectamente la idiosincrasia argentina, me responde que le dijeron lo mismo en Italia, en España e incluso un periodista serbio «que sigue mucho su carrera».

Martínez, al ser un personaje público y relacionado con las letras, podría compartir semejanzas con el protagonista.

Él dice que no comparte el aspecto huraño y ermitaño del escritor, pero que envidia algunos rasgos de su personalidad.

«Por ejemplo, cuando hay una persona que está insistiéndole para que vaya a comer a su casa, se detiene y le explica por qué no va a ir,  yo no sé si soy capaz de hacer eso, pero me producía una envidia que el hombre pudiese hacerlo…Lo hice con un placer…», cuenta, bromeando, llevándose la mano al pecho con una expresión aliviada.

 

EL ÓSCAR POR ARTISTA POLIFACÉTICO

Martínez, no solo actúa. También ha escrito tres obras de teatro, una de ellas Ella en mi cabeza, protagonizada por Julio Chávez y Natalia Lobo, cuyo éxito ha llevado a que le hayan comprado sus derechos en Chile, Uruguay, México, Colombia, Israel y España entre otros países.

El artista se aventuró a escribir Ensayo General: Apuntes sobre el trabajo del actorpublicado por la editorial Planeta en 2017.

Este libro surgió por el estancamiento del rodaje de El ciudadano ilustre, cuya producción duró cinco años.

«La segunda vez que se malogró el rodaje me frustré mucho, pensé que era un proyecto mal barajado, pero yo me había tomado un tiempo precisamente para hacer la película y tenía unos meses por delante así que dije ‘este es el momento para escribir el libro'», señala.

Como bien dice Martínez, salvo Stanislavski y otros pocos cienastas que se animaron a publicar sobre la actuación, los ensayos actorales no abundan.

Él le mandó el proyecto del libro a una editora de Planeta que se mostró interesada y le puso «una fecha para terminarlo».

«Me sentaba a la mañana con mi taza en el desayuno y estaba todo el día escribiendo, revisando, corrigiendo, me entretuve y la verdad es que estoy feliz de haberlo hecho», concluye.

Amante del «buen cine», pero sin atreverse a autodenominarse cinéfilo, evoca el neorrealismo italiano que disfruta «muchísimo» y su admiración por  los  cineastas Ingmar Bergman y Woody Allen.

Cabe mencionar, que Allen tiene como uno de sus referentes a Bergman.

En 2017, fue la presentación protocolaria por unanimidad como académico de número de la Academia Argentina de las Letras, (había sido nombrado informalmente dos años atrás).

Esto fue un gran reconocimiento para el actor, especialmente por su legado escrito.

¿Qué es ser un buen actor o actriz, así, a bote pronto? Óscar parece sorprendido o más bien embriagado por una pregunta con tantísimas respuestas.

«A grandes rasgos, porque cada uno es cada uno y todos somos diferentes», el artista cree que hay dos tipos de actores.

Por un lado, están «los que tienen una personalidad carismática, magnética y son siempre ellos mismos con ligeras variantes» donde el público no les pide «ser otro personaje».

En la segunda vertiente, el cita a Meryl Streep como «El personaje». «No hay algo de ella reconocible más que su talento», formula.

Estas son las actrices y los actores que prefiere Martínez, «los que no se instalan ahí, sino que trabajan de la composición y asunción de una identidad que no es propia».

Posteriormente, esto lleva a una reflexión por parte del intérprete.

«Se confunde, esto es un tema interesante de hablar, se dice que alguien actúa cuando alguien miente y actuar, el significado etimológico, es justamente el contrario, llevar acciones a cabo, no es mentir», plantea.

«El actor no tiene que hacer que piensa, debe pensar, no tiene que mirar, debe mirar, porque yo lo noto como espectador, yo me doy cuenta como espectador», continúa.

«Actuar, no es mentir. Es llevar acciones a cabo», recalca.

La conversación finaliza, deseándole mucha suerte al actor en su futuro actoral, que valga la redundancia, Óscar es un actor de Óscar.

 

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