Aunque muchas mujeres actualmente piensen que Salma Hayek se encuentra entre las más hermosas del mundo, hubo épocas de su vida donde ella no se sintió de esa manera.
Así lo confesó recientemente, exponiendo las inseguridades que la atacaron especialmente más joven, y que ahora ha logrado enfrentar encontrando un balance para sentirse bella en su propia piel.
Embajadora de la autoaceptación
La actriz de 53 años expresó a People, citado en la revista Hola, que no siempre tuvo una autoestima fuerte, cuestión que ha tenido que trabajar.
«Solía criticarme mucho. Ahora, cuando me veo al espejo y hay cosas que no están, pienso en lo mucho que me voy a querer dentro de 10 años», dijo la protagonista de «Frida» y «Son como niños».
Su crecimiento le ha hecho convertirse en representante de los movimientos que invitan a las mujeres a quererse a sí mismas, mostrándose durante reiteradas ocasiones con una apariencia muy natural.
«Empecé (a maquilarme) a los 14 pero hacía como que no tenía porque no me lo permitían. Limpiaba el rímel y lo pasaba ligeramente en mis pestañas. Ponía un lipstick claro y luego lo pasaba en mis mejillas, siempre cuidando que no se notaran los brillos”, confesó que lo hacía para lograr verse mejor.
Ahora Salma Hayek es una mujer madura y consolidada superó esta etapa y reflexionó sobre el uso de los productos de belleza como salvavidas para algunas féminas.
“Normalmente, cuando no lo usas (el maquillaje) es porque estás en una situación en la que no sientes presión para verte mejor. Es un sentimiento de sentirte presente sin la necesidad de impresionar a nadie», dijo, invitando a otras a reducir la importancia sobre la opinión de los demás.
«Al principio sentí que tenía que aprovechar este tiempo; ser muy productiva, hacer ejercicio, meditar más. Pero luego me di cuenta que ya tenía muchas expectativas y presión en cumplir muchas cosas en este tiempo», expresó en la misma entrevista sobre la cuarentena.
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