La reina Isabel ha tenido que enfrentar varios escándalos durante su reinado, pero quizás este es el peor de todos, decepcionada por su propio hijo.
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El príncipe Andrew trató de cortejar a una supermodelo estadounidense con citas en el Palacio de Buckingham, incluso dejándola sentarse en el trono de su madre, dijo un informe de The Sun.
Andrew tuvo una serie de citas en 2000 con la modelo Caprice Bourret, un nombre familiar en el Reino Unido que recientemente protagonizó el reality show Dancing On Ice. Finalmente, la modelo dejó al príncipe porque «no le gustaba», le dijeron sus amigos a The Sun el domingo.
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«La llevó al Palacio de Buckingham dos veces, y en una ocasión se sentó en el trono de la Reina», dijo una fuente cercana a Caprice al periódico del Reino Unido. “Vio un cuenco que le gustaba y le preguntó a Andrew si podía robarlo y [enviarlo por correo] a su madre. ¡Ella dice que él la dejó, ya su madre le encantó!».
Caprice, que también salió con el rockero Rod Stewart, siempre trató sus citas con Andrew como platónicas, según la fuente. Al parecer, la reina Isabel nunca se enteró.
«Por su parte, no había posibilidad de un beso, a ella no le gustaba», dijo la fuente, usando el término británico para un beso apasionado. “Pero como estadounidense, ella estaba completamente entretenida con la idea de que él era parte de la familia real. Además, todas las citas secretas, aunque innecesarias, fueron un excelente punto de conversación para la cena familiar».
