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The Crown: el vestuario como mirada original de la realeza

La serie sigue el rigor histórico, pero también viste la personalidad que Peter Morgan le dio a la familia real británica en su propio universo.

Ya la reina Isabel es madura. Interpretada magistralmente por la ganadora del Óscar Olivia Colman, es –junto Tobías Menzies y Helena Bonham Carter– el contrapeso adulto de unas complicadas relaciones familiares donde ya los dos príncipes mayores, el torturado Carlos y la fuerte y ácida Ana (interpretados por Josh O’ Connor y Erin Doherty) toman protagonismo. De esta manera, en la tercera temporada de “The Crown”, el elenco hace su papel magistralmente en eso que sabe hacer mejor Peter Morgan, el guionista de la serie: apegarse a la Historia, pero también contar a la realeza desde su lado humano, a tal punto de que la audiencia se encariñe con ella. 

Pero el vestuario también debía reflejar lo mismo, y en eso Amy Roberts puso especial detalle al investigar y en algunos casos copiar de manera exacta (por ejemplo en la coronación de Carlos como príncipe de Gales) algunas piezas, pero siempre dando una mirada propia. A través de estas claves fue que contó la realeza desde una época que ya les pedía, tal y como se ve en la serie, cambios en todo sentido.

Creando una época 

Los cambios de década para cada personaje son sutiles, pero poderosos en los detalles. Sobre todo en sus accesorios o en ciertos colores y piezas. Y esto fue lo que tuvo en cuenta Amy Roberts. “Fue muy importante hacer la transición del estilo de posguerra a los años 60. No solo porque eran minifaldas y amor libre, sino en clave de color. Por eso pusimos a la reina con tonos azucarados y almendrados. Margarita es un poco más sucia, más oscura. Pero quien refleja lo más interesante (a su manera, muy real), es la princesa Ana, la royal más joven. No iba a vestirse al estilo de Carnaby Street, pero su visión de los años 60 es muy interesante”, explica la diseñadora de vestuario.

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Construyendo una nueva reina

En el primer capítulo, la reina Isabel es descarnada. Se define a sí misma como un “vejestorio” al analizar su madurez, pero va ajustando su característico estilo a lo que piden los tiempos, atreviéndose con el uso del color e incluso con una túnica estilo setentero en el último capítulo. “Al investigar vemos que hay montones de fotografías de ella en color. En las dos primeras temporadas teníamos que recrear un estilo que llevara ligeramente a los años 60, pero acá, con ella, usamos el color de manera más abierta. Y mira sus looks, son extraordinarios”, explica Roberts. “Pero pensamos sobre todo en eso: en el color. En los ambientes que fueran apropiados para cada uno y también, otra clave fueron las telas. Las buscamos en muchas tiendas”, afirma. “En un capítulo la reina está lejos de sus deberes públicos. Entonces su ropa es un poco más libre”.

La oscura princesa Margarita

En esta temporada vemos a la princesa en toda su extravagancia, pero en su peor momento personal, luciendo tiaras y vestidos coloridos, y,  a su vez, ostentando toda su fragilidad. “ La reina ya está establecida. Tiene su matrimonio resuelto. Margarita era el polo opuesto, su matrimonio era bastante tóxico y quería señalar esa pérdida en ella. Esa locura sin dirección, en telas un  poco más extravagantes. Cuando se va de gira a Estados Unidos es elegante y extraordinaria, es una estrella, pero se pone mucho más triste a medida que la historia avanza. Y a veces cuando te sientes así, no te pones ropa que lo refleje. Te pones algo que sea lo opuesto a eso. A veces haces eso”, explica Roberts.

Los royals masculinos: el estilo del caballero inglés

Durante la serie, vemos el extraordinario estilo de Lord Mountbatten, “Dickie”, figura paterna de Felipe y Carlos (y último virrey de la India), así como el de estos dos. También el del malogrado – y exiliado- duque de Windsor, Eduardo VIII, en su época, referente de elegancia. Pero particularmente, para el marido e hijo de la reina era seguir este cánon. “Lo principal era hacerlo bien. Ambos son increíblemente elegantes en ese aspecto inglés. Felipe tiene prendas muy largas, así que las hicimos tal cual y Charles siempre ha parecido antiguo desde el primer día, así que queríamos lograr esa fina sastrería inglesa, la mejor. Fue importante para nosotros acertar”, enfatiza Amy Roberts.

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