La duquesa de Cornualles, Camila Parker, tiene miedo de volar, luego de tener dos experiencias extremas, una de ellas cuando el helicóptero en el que viajaba por poco impacta contra un avión.
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La actual esposa del príncipe Carlos, Camila Parker, pudo evadir la muerte y en dos ocasiones. La duquesa de Cornualles casi pierde la vida en un incidente en un helicóptero, revelaron fuentes oficiales y de la casa real británica a medios londinenses.
El diario británico Daily Mail accedió a unos informes de la Junta de Airprox que revelan que hace un año aproximadamente, la duquesa sufrió un aparatoso accidente a bordo de un helicóptero, que casi acaba con su vida y la del piloto.
Camila evitó por poco dos choques en el aire durante un viaje de una hora en helicóptero desde la propiedad de Queen ‘s Sandringham hasta su casa en Ray Mill en Wiltshire.
El terrible incidente sucedió el 25 de julio de 2018, cuando Camila volvía a su vivienda después de asistir junto a su marido en el Show de las Flores de Sandringham.
Según cuenta el diario, hasta en dos ocasiones, el piloto tuvo que cambiar su rumbo en escasos segundos el helicóptero para evitar colisionar contra dos aviones que se cruzaron en su camino. Un riesgo alto, tal y como se pueden leer en los informes.
La duquesa de Cornualles, que tiene miedo de volar, llegó terriblemente a los nueve segundos de un choque frontal con un avión que transportaba submarinistas.
El control de tráfico aéreo en la Royal Air Force Marham en Norfolk hizo numerosos intentos de contactar al piloto, que estaba volando un avión DHC-6 de De Havilland Canada, pero no respondió porque estaba “distraído por los pasajeros en la parte posterior”.
El helicóptero Sikorsky S76 de la duquesa de 71 años se vio obligado a elevar la altitud a 5.400 pies.
El susto de Camila y de su equipo no quedó ahí. Apenas 45 minutos más tarde, cuando ya estaban descendiendo para tomar tierra, tuvieron que realizar de nuevo una maniobra de emergencia a 260 kilómetros por hora para evitar un ala delta que se encontraba por la zona. El propio piloto ha explicado que tuvo suerte al ver al planeador a unos 800 metros de distancia, porque estaba volando en dirección al sol, lo que complicaba especialmente la visibilidad.