Freddie Mercury fue y será por siempre una leyenda. Siempre llamativo, enérgico y polémico al exterior pero hermético y silencioso en el interior. Lo que pasaba en su vida privada era cosa suya y de nadie más. Pero fue justo esa personalidad tan excéntrica y misteriosa que Freddie se convirtió en un personaje que hasta el día de hoy se mantiene vigente.
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El vocalista de Queen era un artista en todos los sentidos. Su voz, su expresión corporal y sus alocadas composiciones impactaron al mundo entero. La banda rompió con todos los estereotipos de la época pero Freddie vivió ocultando la verdad de su sexualidad y de una enfermedad que lo llevó a la muerte.
En 1991, el cantante yacía en lo que se convertiría en su lecho de muerte. El medicamento corría por sus venas, pero no para combatir el virus, sino para mitigar el dolor que no lo dejaba ni respirar. Tenía un catéter de Hickman implantado en su cuello y marcas por toda la piel que evidenciaban que la enfermedad estaba acabando con él por dentro y por fuera.
Una manada de paparazzi y curiosos estaban plantados afuera de su casa, tratando de obtener algo del hombre que poco a poco se marchitaba. La noticia de su salud en declive llevó a Queen a terminar abruptamente el Magic Tour, el cual se convirtió en uno de los más ambiciosos y grandes de su historia.
Freddie luchó contra el escrutinio por parte de la prensa desde 1986, cuando comenzaron a circular los rumores de que se había realizado una prueba de VIH / SIDA. Sin embargo, sin importar nada, el intérprete mantuvo sus preocupaciones de salud para él y para sus más cercanos.
A pesar de las negaciones del cantante, el escrutinio de los medios de comunicación en torno a su salud se intensificó y fue alimentado por fotografías de Mercury, publicadas por la prensa británica que lo mostraban cada vez más frágil y delgado.
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En una de sus últimas apariciones públicas, Mercury se unió a los miembros de la banda Brian May, Roger Taylor y John Deacon en el escenario de los Brit Awards de 1990 en Londres, donde aceptaron el Brit Award por su destacada contribución a la música.
Mientras que el cantante de «Somebody to Love» continuó luchando contra su enfermedad en privado, no dejó de trabajar. En mayo de 1991, un Mercury muy delgado apareció en el video musical de Queen «These Are the Days of Our Lives» en lo que sería su video final con la banda.
Aunque Queen no dio explicación alguna, es muy difícil no pensar que el videoclip fue la más sincera despedida de Freddie hacia todos sus fans. En realidad era una canción escrita por Roger Taylor, dirigida a sus hijos, pero debido al contexto en el que fue publicada tomó otro significado
En el documental de 2011 Days of Our Lives, Brian May, guitarrista de Queen explicó: “Lo escondimos todo. Supongo que mentimos porque estábamos tratando de protegerlo «. Además en una entrevista con The Sunday Times, May reveló el alcance de la enfermedad de Mercury:
«El problema era en realidad su pie. Trágicamente, quedaba muy poco de él. Una vez, nos lo mostró en la cena. Y él dijo: ‘Oh, Brian, lamento haberte molestado al mostrarte eso’. Y dije: ‘No estoy molesto, Freddie, excepto para darme cuenta de que tienes que soportar tanto dolor terrible‘».
¿Podía Freddie curarse del SIDA? En esa entrevista con The Sunday Times, May lamentó el hecho de que el intérprete perdiera tiempo por la espera de medicamentos antirretrovirales que podrían haberle salvado la vida. «Si hubiera sido un poco más tarde (la enfermedad), todavía estaría con nosotros, estoy seguro».
Dave Clark, amigo cercano de Mercury explicó que «lo había intentado todo». «Él tenía nuevos medicamentos especiales enviados por Concorde de América. Dijo que la próxima generación será la que vencería esto. Y lo triste es que si hubieran pasado 12 meses después, podría haber estado bien cuando entró por primera vez la terapia de combinación de medicamentos».