El contribuidor más ávido a la cultura popular
La muerte de Stan Lee dejó un gran hueco en el entretenimiento de los superhéroes y en el mundo entero. Podían no gustarte los cómics o las películas de este índole, pero era inevitable saber sobre el mundo creado por este hombre.
Sin embargo, para llegar tan lejos tuvo que tomar ciertas decisiones no tan fáciles. Su éxito se basó en un trabajo duro y un impresionante talento el cual hizo que trascendieran sus creaciones por años.
Para ello tuvo que decepcionar y hasta traicionar a algunas personas. Jack Kirby y Steve Ditko son los diseñadores de los principales superhéroes que han marcado a tantas generaciones.
Ninguno recibió el suficiente crédito y de hecho Stan no los apoyó cuando Marvel quiso apoderarse de los derechos de éstos dos. Stan siempre afirmó que él era el creador individual de todo, y así lo acreditaba.
Él, según sus entrevistas, no lo hacía por maldad. Él consideraba que al ser él quien creaba las historias, la idea, las personalidades, y los diálogos… el trabajo era suyo.
La forma de crear consistía en que él daba una historia rápida, y le daba los beats al ilustrador. Él creaba la historia, y dejaba libre los cuadros de diálogo para que Stan los llenara.
Por su parte, Steve Ditko colaboró con la creación de Doctor Strange y Spider-Man. Stan Lee, sinceramente, no consideraba que ellos tuvieran mayor relevancia. En un documental aclara que él no se consideraba el co-creador.
Marvel hacía que los artistas firmaran un contrato cediendo los derechos a la empresa.