Las fotografías familiares de los príncipes William y Harry con sus radiantes cabelleras doradas ya son historia. Para el hijo mayor del príncipe Carlos y Diana de Gales la calvicie es una realidad aplastante, que comenzó cuando era muy joven y sigue ganando terreno.
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Para el Duque de Sussex es una amenaza que empieza a convertirse en un hecho irrefutable, debido a la ausencia de cabello en la parte posterior de su cabeza, pero que disimula bastante bien por su estilo desordenado y actual.
Harry tomó medidas para evitar quedarse calvo como su hermano; mientras William acepta sin complejos la alopecia y apenas, a inicios de este año, probó con un look de corte muy bajo para darle un nuevo aire a su rostro.
Remedio natural
Tratando de ganarle a la genética, el príncipe Harry optó por tomar suplementos de Omega 3 de caviar de arenque para aprovechar sus beneficios, según reveló un integrante de la Casa Real Británica al diario The Daily Mail.
Especialistas, consultados por este medio, indicaron “que el consumo de estos ácidos grasos no solo es bueno para la mejorar la salud, sino también para prevenir la pérdida prematura de cabello e incluso para acelerar la cicatrización de las heridas”.
El diario especula sobre la influencia de Meghan en la decisión de su esposo, pues la ex actriz estadounidense es conocida por su alimentación vegana y el uso de remedios naturales, además de la práctica diaria del yoga y meditación.
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Resignado
Por su parte, William no tiene mucho que rescatar y decidió tomarlo con la mejor actitud. A finales del año pasado, en un evento oficial, bromeó sobre su escasa cabellera con los trabajadores de una peluquería.
“Me temo que no tengo mucho pelo, así que no podría darte mucho trabajo”, dijo entre risas el heredero del trono inglés demostrando que no tiene ningún problema al respecto.