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La conmovedora historia del vestido de novia de la princesa Eugenia
Una adolescencia llena de dolor vivió la princesa Eugenia, protagonista de la más reciente boda real. A los 12 años debió ser operada para corregir la escoliosis que padeció desde niña; la hija del príncipe Andrés de York lleva en su columna dos prótesis de titanio.
Orgullosa, la feliz novia escogió un vestido del diseñador inglés Peter Pilotto que mostraba su cicatriz. Cuando llegó a la capilla, los papparazzi no perdieron oportunidad para fotografiar a la novia en su esplendor, quien saludó a los presentes y lució el pronunciado escote que dejaba a la vista la marca de la cirugía.
Fue la misma Casa Real Británica la que reveló el conmovedor detalle, cumpliendo la voluntad de la princesa quien espera “redefenir” el concepto de belleza al no tratar de ocultar las consecuencias físicas de su padecimiento.
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Homenaje a su abuela
Eugenia es una de las nietas consentidas de la reina Isabel II y, en parte esto, se debe a todo el sufrimiento que la hija menor del príncipe Andrés y Sarah Ferguson vivió en su infancia y adolescencia.
De hecho, la Monarca inglesa le procuró un “abundante fondo económico” para garantizarle su bienestar. Por ello, Eugenia de York no ha perdido la oportunidad para rendirle un sentido homenaje a Isabel II incluyendo algunos detalles en su vestido nupcial.
La creación de Pilotto llevaba también unos bordados en la falda y mangas con la rosa de York, cardos, tréboles y hiedra. Son los cardos los que hacen un guiño a su abuela porque hacen referencia a Balmoral, el refugio de la reina en verano, ubicado en Escocia.
Mientras que los tréboles sugieren el origen irlandés de la familia materna de Eugenia y la hiedra simboliza el hogar de los recién casados.
Isabel II también le prestó la diadema Grenville Kokoshnik, hecha de esmeraldas, para completar un impresionante look que mezcló con unos pendientes que le regaló el novio, Jack Brooksbank, y unos zapatos de Charlotte Olympia.
