PUBLICIDAD
19 junio de 1994. La fiesta de Vanity Fair es todo un acontecimiento en la Serpentine Gallery de Londres. Se espera a los más famosos y así fue. La llegada de Diana de Gales nunca pasaba desapercibida, pero ese día menos. Lucía un vestido negro de seda, que mostraba sus hombros y sus piernas sin pudor alguno.
El impacto fue inmediato y su outfit eclipsó la confesión que su exexposo Carlos hizo ese mismo día en televisión: su romance con Camila Parker Bowles. El diseño de Christina Stambolian fue el atuendo escogido por Lady Di para decir al mundo que no se dejaría amilanar por lo sucedido y desde entonces ese impactante look fue conocido como el ‘vestido de la venganza’.
Diana y Kate: unidas por un vestido para vengarse de padre e hijo
Diana transgredió dos normas básicas de la realeza al usarlo: el negro, color reservado solo para el luto por la muerte de algún integrante de la familia o personaje relevante, y la evidente exposición de piernas que no tiene cabida dentro del protocolo real.
De hecho, el vestido tenía con la princesa tres años, pero ella “no lo había usado hasta ese momento porque lo consideraba demasiado sexy para el protocolo de la realeza”, confesó después la misma diseñadora Stambolian.
Una Duquesa de armas tomar
Trece años después, sería la futura esposa de su primogénito quien replicó su conducta. En la primavera de 2007, Kate Middleton decidió agitar su vida social para sobreponerse a la breve ruptura que sufrió su relación con el príncipe William.
El tabloide The Sun publicó, entonces, las supuestas razones esgrimidas por un amigo cercano de la pareja: Kate sentía que William no le prestaba suficiente atención. Pero también señaló, en otro artículo, que el heredero había decidido salir con otras pretendientes porque no tenía intenciones de casarse con 24 años, su edad en ese año.
Los paparazzi, que desde hacía años la perseguían sin cesar tras conocerse su cercanía con el heredero de la corona británica, captaron a Kate en vestido negro corto, cuyo propósito era el mismo que el de Diana: vengarse del desamor.
El modelo de la marca Issa mostraba sus piernas y era sencillamente revelador para la entonces estudiante universitaria, que no se regía por la etiqueta real. Pero este vestido si tuvo el efecto deseado, pues ese verano la pareja se reconcilió y tres años después anunciaron su boda, que se realizó en abril de 2011.