En Coripe, una pequeña localidad de Sevilla, España, decidió darle un giro oportuno a la tradicional celebración de algunos católicos que se denomina «Quema de Judas» que se realiza para finalizar la Semana Santa, en ella se fabrica un muñeco de tela y otros materiales, el cual en su momento trataba de semejarse a los rasgos descritos del Apóstol que vendió a Jesús.
Polémica en la ‘Quema de San Judas’ tras el tiroteo a un muñeco de Ana Julia https://t.co/FjI2ehcLSN pic.twitter.com/sBDgRhujh4
— Telecinco (@telecincoes) April 5, 2018
Con el paso del tiempo, esta tradición se hizo más personalizada, y de manera simbólica el muñeco de Judas se convirtió en personajes que hayan generado molestia e indignación a los pueblos católicos, es por eso que dirigentes políticos o delincuentes de envergadura, han sido motivo de la celebración. Fue así como en ésta localidad el muñeco se convirtió en Ana Julia Quezada, la desalmada mujer dominicana que asesinó a Gabriel Cruz.
“Que sufra por perra y por mala, no la matan en España, la matamos nosotros en Coripe a la negra”
Los vecinos de esta localidad llenos de rabia e indignación le pusieron el rostro de la asesina de Gabriel este año a su Judas. Ana Julia asesinó al pequeño Gabriel el pasado 27 de febrero, fingió no saber nada, hizo apariciones públicas y por más de diez días, escondió el cuerpo del pequeño, cuando quiso trasladar el cadaver, fue descubierta y confesó su crimen.
El alcalde de Coripe ha pedido disculpas públicas por quemar un muñeco con la apariencia de Ana Julia en la tradicional “quema de San Judas”. Cuando quemaron la figura de Urdangarín nadie dijo ni pío.
— AlvaroYbarraPacheco (@aybarrapacheco) April 5, 2018
Desde entonces la comunidad internacional ha rechazado a la mujer y exigen una pena máxima. Mientras hay un veredicto que deje conforme al pueblo español, este tipo de manifestaciones se registran a lo largo de a nación. Algunos activistas manifestaron rechazo al acto por considerarlo como una manera de promover la xenofobia y racismo:
«Unos hechos que a su vez son contrarios a los más elementales principios del derecho reparador y que obvian el necesario interés del menor que ha de ser protegido en todo momento, dado el presunto carácter de los mismos donde públicamente se fomentan el odio y la violencia hacia la muñeca representativa de la confesa criminal del niño Gabriel”
La comunidad defendió la iniciativa por considerarla una tradición simbólica a la vez de pedir justicia por el pequeño y su familia, las verdaderas víctimas de éste atroz crimen.