La prostitución ha sido condenada desde siempre, sin embargo, es parte de nuestra sociedad. Desde el siglo XVIII a. C. que se tiene registros de su existencia, e incluso existió una legislación creada por los mesopotámicos para proteger los bienes de las prostitutas. Por más que la sociedad quiera dar la espalda a esta ocupación y tapar el sol con un dedo, es algo simplemente imposible e hipócrita.
Son muchos los artistas que a través de la historia se han enamorado de las prostitutas y han sido en realidad estas mujeres sus más grandes musas. Vincent van Gogh amó a Clasina María Hoornik, Manet pintó a Olympia, Edgar Degas representó a chicas de los burdeles en “Femme nue” y “Femme nue accroupie”; Henri de Toulouse-Lautrec practicamente vivía en estos lugares y pintó todo lo que ahí vio. Y bueno, no puedo dejar fuera a Picasso a quien nombraron “Rey de los burdeles” desde donde sacó la inspiración para una de sus obras maestras “Las señoritas de Avignon”.
Maya Goded, es una fotógrafa mexicana contemporánea que ha decidido mostrar la prostitución desde su mirada más realista. Ha realizado varios libros de fotografía, pero actualmente se encuentra promocionando su primer documental, “Plaza de la Soledad”, que muestra la vida de trabajadoras sexuales en Ciudad de México.
La artista se enfocó principalmente en el barrio La Merced, famoso por las prostitutas callejeras que en muchos casos superan los 50 años, de quienes sus cuerpos han perdido la sensualidad juvenil para dar paso a figuras mucho más chocantes que sexies. Evidentemente, todo esto según la creencia más conservadora y supérflua de la sociedad.
La película de Goded es el resultado de dos décadas de investigación y documentación fotográfica. La autora incluso ha visto envejecer a sus musas.
Me parece particularmente intenso y crítico el trabajo de Maya ya que no solo busca mostrar una realidad que no se quiere observar, sino también es ella misma quien habla de una liberación de tabúes y conservadurismo necesario para lograr la igualdad de género desde la propia sexualidad.
“Está bien que el hijo chiquito o el abuelo vivan su sexualidad, pero en la mujer se vuelve una amenaza”, comenta la mexicana miembro de la agencia Magnum. Maya agrega que, “Para mí era muy importante que apareciera su testimonio, porque hay muchísimas mujeres indígenas que vienen a la ciudad y no tienen más opción que prostituirse”.
El Barrio La Merced y la Plaza de la Soledad han sido el centro neurálgico del comercio sexual por más de 400 años en el D.F. y las mujeres que aún continúan trabajando en esas calles son las protagonistas del documental de Goded.
Sin duda, este es un trabajo estremecedor que debe ser destacado. Una reflexión muy potente de la autora es la siguiente:
“Quiero que a través de mi trabajo se conozcan personas que de otra forma no se conocerían. Que las veas y te identifiques con ellas, pienses en tu mamá, en tu tía, las veas como mujeres, no como mercancía o estadística”.
