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Para regalar este Día del Niño: ¿Con qué juegan nuestros niños?

Nos hemos autoconvencido que son «hijos de la tecnología», pero lo cierto es que si saben jugar con celulares, Ipad o tablets es porque los adultos se los «heredamos». Los niños aún gozan con aquello que fue fabricado especialmente para ellos: los juguetes. Aprende a escoger aquellos que ayuden al desarrollo íntegro de los pequeños.
Por Carolina Palma Fuentealba.

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My Little Pony «Esplendorosa Rarity», el unicornio blanco con cabello púrpura destellante; Equestria Girl Peinados Rockeros; Transformers Hipertransformable en 3 pasos; Nerf Zombie Strike FlipFur, un lanza dardos que entrega una dosis doble de acción. Para los preescolares, las masitas Play Doh y Dulces Creaciones Fantásticos Helados, y una edición especial de Monopoly 80, se encuentran dentro de los regalos más pedidos para este Día del Niño según Hasbro (www.hasbro.cl).

Si los comparamos con nuestros juguetes son obviamente distintos, quizás más tecnológicos y de material sintético. No deja de dar nostalgia esas jugueterías antiguas donde abundaban los artículos de madera como trenes –aunque todavía algunas siguen «peleando» por entregar este tipo de juguetes, como la clásica juguetería Cuncuna, de Providencia–o, más vintage aún, las delicadas muñecas de porcelana. Ahora se ligan mucho a las películas animadas de moda, aunque siguen cumpliendo el mismo rol: entretener.

Cuando compras juguetes a tus hijos, ¿en qué te fijas? Verónica Navarrete, sicóloga infantil y coordinadora académica de la Escuela de Sicología de la Universidad del Pacífico, confirma que estos han cambiado con el tiempo y, por lo mismo, aconseja escogerlos según la edad del receptor.

Hasta los 2 años, dado que el bebé aprende del medio explorando con sus sentidos, sugiere juguetes que tengan que ver con la actividad sensorial, el uso de diversas texturas, materiales, sonidos, colores que pueda tocar, chupar, oler, y mirar. Estos son fuentes de estimulación que le permiten ensayar conductas de coordinación en diversos niveles, en lo motor, visual, auditivo, olfativo. Móviles, juguetes con espejos, muñecos de goma, alfombras como centros de actividades, mordedores o sonajeros son apropiados. «Estos artículos permiten trabajar la sicomotricidad, es decir, la relación que se establece entre la actividad síquica y la capacidad de movimiento», dice Navarrete.

«Desde los 2 años, una vez iniciada y consolidada la marcha, los infantes comienzan a diferenciar colores, formas y diferentes sonidos; su coordinación motora es de mejor calidad, por lo que las pelotas, los cubos para apilar, los instrumentos musicales, muñecas, animales, juegos de encaje simples, son una adecuada elección».

A partir de los 3 años y hasta alrededor de los 5, la imaginación y la fantasía juegan un papel fundamental. Además, con el desarrollo exponencial del lenguaje, se inicia un periodo de preguntas, de aprender canciones, jugar con otros niños, escuchar historias y cuentos. «Aquí pizarras, cuentos, casas de juego con figuritas diversas, baldes, palas para plaza, camiones de arena, plasticina y rompecabezas son indicados. Al mismo tiempo, en esta etapa los niños empiezan a internalizar las actitudes y roles propios de su género. Prefieren los disfraces de princesas y superhéroes, juegos y herramientas de diversas profesiones, los juegos de cocina y de pelota. Es importante en este aspecto mostrarse flexible y tolerante, ya que cada día se rompen más los determinantes rígidos de género, existiendo la posibilidad de que niños o niñas quieran jugar juegos que tradicionalmente eran asignados al género opuesto», aclara.
«Entre los 6 y 11 años son apropiados los juegos en grupo de salón, tales como el Monopoly, ir de compras, Ludo, Damas, juegos de estrategia, entre otros, que les permiten ejercitar y realizar transacciones simples. También permitirles realizar experimentos, ya que en esta etapa aprenden lo que ven a nivel concreto, juntando materiales y exponiéndolos a diversas actividades», asegura la experta.

Desde la pre-pubertad a la adolescencia, los jóvenes se centran en la construcción de identidad. En este sentido buscan activamente espacios de soledad e intimidad. Los libros, principalmente de novelas y poesía, la música y los videojuegos comienzan a llenar el ocio de los adolescentes. Relevante la supervisión adulta, ya que muchos comienzan a ser dependientes de sus videojuegos.

EL ARTE DE JUGAR

Cada vez los pequeños tienen más exigencias y cuentan con poco tiempo para jugar. Es que pareciera que, en general, se incentiva más la responsabilidad que el juego. «Las personas deberíamos jugar toda la vida, no perder el juego. Vemos un factor cultural que hace a los niños abandonar los juegos precozmente. Esto se relaciona con las exigencias académicas, que no le dan importancia. Pero al contrario, el juego importa mucho porque desarrolla la imaginación, la creación. La cultura dentro del sistema infantil deja el juego sólo para el recreo, pero ellos deberían aprender jugando», explica Verónica Navarrete.

Si te preguntas de qué cuidar a los pequeños, la especialista dice que la compra de armas de juguete es una decisión familiar, pero no las recomienda. «Se ha visto incluso los accidentes que han pasado con armas; se relaciona con que no reconocen las armas como peligrosas, porque las han visto toda la vida. No es necesario comprarle una pistola, porque igual va a expresar las emociones con otros elementos».

Usualmente los llenamos de regalos, pero ellos mantienen sus preferidos siempre a mano. ¿Qué juguetes les durarán más o lo aburrirá menos? Aquellos que les permiten innovar. «Por ejemplo, los Legos, un set de dibujos para pintar u otro para armar collares no pasan de moda, porque se usan de diferentes maneras. Con el tiempo les aburre los que tienen solo un uso. Además, para sacarlos de la tecnología, algunas buenas ideas son incentivarlos con juguetes interactivos, actividades al aire libre, paseos en familia, hacer un pic-nic, acampar, etcétera».

Por su parte, Varinia Signorelli, sicóloga Infantil y femenina (www.terapiainfantil.net), considera importante lograr un equilibrio. «Recordemos cuando nosotros éramos niños, pongámonos en el lugar de ellos. ¿Qué sorpresa nos habría gustado recibir de nuestros padres? Seguramente tiempo, presencia, mirada amorosa, conversación, interacción. Apostemos por eso. Los mejores regalos para el Día del Niño van a ser aquellos que nos permitan regalarles tiempo con ellos jugando. Sería idea que pudiéramos hacerlo a diario; sin embargo, el tiempo no siempre lo permite. Por lo tanto, si hacemos un regalo para usar y compartir con ellos, serán los más felices. ¿Cuáles? Los juegos de salón como el Monopoly, Ludo, naipes, Clue, etcétera», explica.

Para los más pequeños confirma que sería ideal hacer algo similar pero con bloques de construcción, y poder comentarles mientras les entregamos el regalo que queremos construir con ellos un castillo, un avión, un camión. «Recordemos que nuestros niños aprenden de la interacción cara a cara, al mirar a otro, y jugar con otros, aprender de empatía, de códigos sociales, de los sentimientos de otras personas, de resolver conflictos. Así se vuelven adultos íntegros».

 

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